Leonor, vecina de Santutxu, ha reconocido en una comparecencia este miércoles que lleva muchos años luchando por su familia pero se encuentra al límite de su capacidad para enfrentarse a los obstáculos que ha hallado en sus 42 años de vida.
Hoy, arropada por integrantes de AZET Etxebizitza Sindikatua y vecinas del barrio, ha informado de que ella, su marido y sus tres hijos de 7 y 6 años, además de un bebé de 6 meses, están en peligro de quedarse en la calle el 1 de abril.
Leonor y su familia llevan más de siete años tocando diferentes puertas, caminando por «laberintos burocráticos, ‘viviendo’ en no-viviendas», han expuesto desde el colectivo que la apoya, buscando una «alternativa habitacional digna» que no acaba de llegar. «Lo único que han encontrado en todos estos años –han denunciado en una comparecencia en Karmela– ha sido puertas que se cierran a su paso y negativas de asistencia».
Vive en un piso de Basarrate que alquilaron y con el tiempo, han descubierto distintas irregularidades cometidas tanto por los propietarios como por parte de la inmobiliaria. «Mis hijos, mi marido y yo hemos tenido que vivir entre humedades y hongos, en una casa en condiciones nefastas mientras inmobiliaria y propietarios se llenaban los bolsillos a nuestra costa, sin hacerse responsables en ningún caso», se ha quejado.
Una casa embargada
Al pedir responsabilidades, los propietarios optaron por acudir al juzgado para desahuciarles. No era para menos que Leonor y su familia las reclamaran después de descubrir a los 15 días de que firmaran el contrato de arrendamiento que la vivienda se encontraba en proceso de embargo por parte de La Caixa.
Desde AZET Etxebizitza Sindikatua, dos de sus integrantes han insistido en denunciar la responsabilidad de propietarios, inmobiliaria y La Caixa. «Si no conseguimos parar este desahucio, mañana habrá otra familia en la calle y otra casa vacía en el barrio, propiedad de La Caixa, que hará las delicias de algún especulador», han expuesto.
Tampoco la respuesta de las instituciones, han asegurado, ha sido la más adecuada. Leonor ha explicado que acudió a Viviendas Municipales a solicitar una alternativa habitacional, y la alternativa que le proponen es un hostal. «¡No necesito un sitio donde dormir, sino uno donde vivir!», ha exclamado. Lo cierto, es que todas las veces que ha solicitado asistencia a las distintas administraciones desde que formó una familia le han contestado con el clásico «vuelva usted mañana».
Desde el sindicato han recordado al Ayuntamiento de Bilbo que una vivienda es algo más que cuatro paredes. «Mientras que para las clases propietarias las viviendas son una mercancía más en el mercado, una fuente más de acumulación y un objeto de chantaje a las desposeídas, para las vecinas de clase trabajadora la vivienda es el espacio donde desarrollamos todos los aspectos de nuestras vidas», han apuntado.
A 15 días para que se ejecute la orden de desahucio, han llamado a que se paralice inmediatamente y se busque una alternativa de «vivienda real» para Leonor y su familia, «porque una habitación de hostal no es una vivienda». La próxima semana, el lunes 22 y el viernes, llevarán a cabo una asamblea y una movilización con tal objetivo.
«Queremos dejar claro que la clase trabajadora está organizada, que cada vez somos más las que estamos hartas de la sistematización de las prácticas abusivas de los propietarios que comercian con nuestra miseria y que no vamos a permitir que ninguna familia se queda en la calle», han advertido desde AZET Etxebizitza Sindikatua.