Ni los más críticos con la directiva de Elizegi ponen en duda que Marcelino ha revitalizado al Athletic desde su llegada. El equipo ha crecido en el aspecto ofensivo, como demuestran el número de goles anotados, y ha recuperado para la causa a jugadores que no estaban consiguiendo ofrecer su mejor versión.
Los Raúl García, Muniain, De Marcos o, incluso, Williams y Balenziaga estaban siendo señalados al inicio del campeonato y fueron claves en el resurgir rojiblanco.
La hazaña de conquistar una Supercopa ganando a Real Madrid y Barcelona tampoco está al alcance de cualquiera. Además se ha logrado la clasificación para una final de Copa de manera consecutiva.
Sin embargo, ese cambio de dinámica no se ha conseguido trasladar del todo a la competición liguera. En los 11 partidos disputados con el técnico asturiano tan solo han logrado sumar 14 puntos y las aspiraciones por entrar en la lucha europea quedan lejos. Han sido cinco empates -Valencia, Villarreal, Levante, Celta y Eibar-, tres victorias -Getafe, Cádiz y Granada- y tres derrotas -Barcelona en dos ocasiones y Atlético-.
Es evidente que no son números para echar cohetes, pero se entiende que tienen una explicación ante el rendimiento extraordinario en las otras competiciones. Marcelino corroboraba este análisis señalando tras el último empate en San Mamés que la Copa es ilusión y la Liga una obligación. Unas palabras que explican en cierta manera la capacidad del equipo de ofrecer su mejor versión en las citas importantes y las dificultades que tiene para encontrar ese punto de ebullición en las jornadas corrientes.
El entrenador reconocía que, a pesar de que ha intentado centrar al equipo en la trascendencia que tiene el rendir en cada partido, no lo ha conseguido porque las finales de Copa sobrevuelan constantemente en el ambiente.
Quizá sea demasiado decir, porque Iñigo Martínez vio una amarilla y tuvos sus más y sus menos en las disputas con Kike García, pero el Athletic careció de esa intensidad que necesita para ser competitivo ante el Eibar y se plasmó en que tan solo cometió cinco faltas. Un dato, por lo menos, a tener en cuenta.
Lección para el 3 de abril
Marcelino se mostró crítico con el partido completado por sus jugadores ante el Eibar y reclamaba que deben ser competitivos en todos los encuentros. Habitualmente, el técnico asturiano destaca el buen hacer y el esfuerzo de la plantilla en las ruedas de prensa, pero al igual que tras los empates cosechados contra el Levante en la ida de las semifinales y en Liga, ayer aprovechó la comparecencia para dar un nuevo toque de atención.
No dio ningún nombre en concreto e hizo referencia al colectivo, aunque las decisiones tomadas durante el partido reflejaban los destinatarios. Unai López y Vesga fueron sustituidos al descanso por Vencedor y Dani García, después Raúl García dejó su puesto a Villalibre y Muniain y Berenguer a Morcillo e Ibai Gómez.
El equipo no estuvo nada fino en ataque y, salvo Williams, que fue el más participativo y desequilibrante a pesar de que no acertó en el remate, y Muniain en contadas ocasiones, el resto pasaron bastante desapercibidos.
El mejor del encuentro en este aspecto fue Yuri, marcando un tanto y entrando constantemente por el costado izquierdo. El descanso otorgado en los últimos partidos parece que le ha sentado bien para olvidar los problemas físicos que arrastra desde el inicio de la temporada. En el otro costado De Marcos puso el centro de gol y tuvo la mejor ocasión para hacer el segundo.
En sus reflexiones post partido, Marcelino manifestaba que los jugadores deberían sacar como conclusión qué es lo que no se puede hacer en una final. Se refería al error cometido por Unai López y que propició el gol del Eibar.
El centrocampista apuntaba a candidato a la titularidad para el 3 de abril junto con Vesga. Desde el segundo tiempo de las semifinales ante el Levante en San Mamés habían sido la pareja escogida por Marcelino para el doble pivote. Otro error de bulto condenó a Vencedor y Dani García, que fueron los escogidos para el medio campo durante la Supercopa.
Marcelino dispone ahora de dos semanas para perfeccionar la alineación para medirse a la Real. Pero, sobre todo, la manera de abordar la final. Al Athletic no le ha salido del todo bien cuando ha querido llevar la iniciativa y ha sacado los resultados cuando se ha encontrado contra las cuerdas.
El técnico estaba convencido de que su equipo va a competir y va a tener posibilidades de ganar. Otra cosas será que consigan acertar.