De nada han servido los continuos llamamientos de los ecologistas a preservar el valle de Bolintxu, uno de los escasos espacios naturales que aún tenía Bilbo. Las obras de construcción de la Variante Sur Metropolitana prosiguen, como ha informado este martes la Diputación de Bizkaia, con la excavación del túnel de Arnotegi. Se prevé que a final de marzo se realice el cale de la segunda galería, que es el cuarto y último de los de esta compleja y controvertida obra.
Los trabajos de construcción de la ampliación de la Supersur en el tramo Peñaskal-Bolintxu están provocando, además de una brutal transformación de este pulmón verde del Botxo, numerosas molestias a quienes lo frecuentan.
Uno de los lugares degradados del macizo, después de décadas de explotación de una cantera, es el Peñaskal. Tras su cierre, ese espacio se ha convertido en depósito de tierras excavadas en distintas grandes obras, la última ha sido la Variante Sur Metropolitana.
Uno de las obligaciones previstas en los pliegos de licitación del tramo Peñaskal-Bolintxu era la «recuperación» de este paraje. Otras medidas son la construcción de un «ecopuente», una depuradora y «medidas especiales» para la protección de Bolintxu.
Pequeñas actuaciones
Para «compensar» la actuación en ese valle, el Departamento foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha licitado por cerca de 1.5 millones de euros la instalación de tres áreas recreativas infantiles y multideporte, actuaciones de limpieza y mejora forestal con la eliminación de especies invasoras, así como la supresión del tendido eléctrico abandonado. La adjudicación se realizará en las próximas semanas y el plazo de ejecución rondará los 10 meses.
El diputado Imanol Pradales ha visitado esta mañana los trabajos. «Estamos devolviendo al monte lo que es del monte. Y lo estamos haciendo reutilizando materiales, sin generar vertidos y potenciando la economía circular», ha defendido el titular de Infraestructuras y Desarrollo Territorial.
En la cantera se depositaron en la primera fase de construcción de la Supersur, entre 2008 y 2010, unos 2 millones de metros cúbicos de tierra y roca de las excavaciones, la mayoría de los túneles de Arraiz y Larraskitu. En esta fase, la previsión es depositar unos 527.000 metros cúbicos más y, tras su relleno completo, proceder a su clausura como vertedero de sobrantes y su restauración ambiental.
Para la recuperación ambiental y restauración se está llevando a cabo un plan de revegetación y recuperación de los suelos deteriorados, mediante el aporte y preparación de sustrato vegetal, siembras y plantaciones cuyo objetivo final es la conectividad ecológica y la permeabilidad del territorio para la interconexión de poblaciones.
Además, la revegetación consiste en un bosque de Quercus robur empleando especies arbóreas y arbustivas propias del cortejo del roble. La planta es de origen autóctono generada a partir de las semillas recogidas en el entorno para mejorar la integración paisajística de esta zona.
Hasta la fecha, se han vertido 371.00 metros cúbicos en la cantera (más del 70%) y se han plantado ya más de 15.000 ejemplares, todos ellos protegidos mediante tutor y tubo protector para evitar que sean dañados por la fauna. Otra parte de los sobrantes de excavación del túnel de Arnotegi se han utilizado en las obras de los accesos al Parque Tecnológico de Ezkerraldea, en Abanto, mientras la mayor parte de la tierra vegetal extendida en la cantera proviene de ese paraje que está siendo urbanizado.
Se espera completar el relleno de sobrantes, el drenaje perimetral y el extendido de tierra vegetal en el Peñaskal este mismo verano. En el otoño-invierno siguiente se realizarán las hidrosiembras y plantaciones finales. Se pretende poder entregar al Ayuntamiento de Bilbo, propietario de los terrenos, la cantera restaurada a finales de 2021.