El Instituto Lumière de Lyon que presidía el propio Bertrand Tavernier ha sido quien ha anunciado a través de sus redes sociales el fallecimiento del cineasta francés a los 79 años.
Avec son épouse Sarah, ses enfants Nils et Tiffany et ses petits-enfants, l'Institut Lumière et Thierry Frémaux ont la tristesse et la douleur de vous faire part de la disparition, ce jour, de Bertrand Tavernier. pic.twitter.com/apVuXzYgmS
— Institut Lumière (@InstitutLumiere) March 25, 2021
«Con su esposa Sarah, sus hijos Nils y Tiffany y sus nietos, el Instituto Lumière y Thierry Frémaux [director] tienen la tristeza y el dolor de informarles de la desaparición, hoy, de Bertrand Tavernier», ha tuiteado la institución dedicada al séptimo arte.
Tavernier deja cerca de una treintena de películas que han sido reconocidas a nivel internacional con premios como cuatro César, el BAFTA en 1990 por ‘La vida y nada más’, además de galardones de los festivales de Venecia y Berlín. También fue laureado en 1984 en el Festival de Cannes en la categoría de mejor director, por ‘Un domingo en el campo’.
Estrecha relación con Zinemaldia
Además, Tavernier, uno de los grandes maestros del cine francés, ha tenido una dilatada relación con el Festival de Donostia, que le dedicó una retrospectiva en 1999, año en el que fue presidente del Jurado.
Su película ‘Coup de Torchon’ (‘1280 almas’) se proyectó en la Sección Oficial en 1982, ‘Capitaine Conan’ (‘Capitán Conan’) logró una Mención Especial del Jurado en 1996, ‘Ça commence aujourd'hui’ (‘Hoy empieza todo’) obtuvo en 1999 el Premio del Público, que también recibió ‘Holy Lola’ (‘La pequeña Lola’) en 2005.
En 2013 regresó a la Sección Oficial con la sátira ‘Quai D’Orsay’ (‘Crónicas diplomáticas’), que obtuvo el premio al mejor guión. Otros de sus éxitos internacionales han sido ‘L'horloger de Saint-Paul’ (‘El relojero de Saint-Paul’, 1974), ‘Round Midnight’ (‘Alrededor de la medianoche’, 1986), ‘La vie et rien d'autre’ (La vida y nada más, 1989), ‘La fille de d'Artagnan’ (‘La hija de d'Artagnan’, 1994), ‘L'appât’ (‘La carnaza’, 1995) y ‘La princesse de Montpensier’ (‘La princesa de Montpensier’, 2010).
Su última visita al certamen donostiarra fue en 2016, cuando inauguró el primer Zabaltegi-Tabakalera de carácter competitivo, cita a la que acudió con el trabajo ‘Journey Through French Cinema (‘Las películas de mi vida, por Bertrand Tavernier’).
El diario ‘La Croix’, con el que colaboraba desde el año 2000, ha avanzado la noticia de su fallecimiento sin precisar la razón del deceso, y ha alabado su carrera, su generosidad y su gusto por la cocina y la literatura.
Cinéfilo antes que cineasta
Hijo del escritor Eric Tavernier, editor también de la revista literaria ’Confluences≈, el joven Bertrand convivió desde niño con luminarias de las letras como Paul Eluard o Louis Aragon. Este último incluso vivió junto a la familia durante una temporada.
Tavernier se enamoró del cine cuando, siendo niño, fue ingresado en un sanatorio para curarse de una tuberculosis y nunca más se separó de ese amor de infancia.
Confesó en entrevistas que había elegido el cine para desarrollar una actividad artística diferente de la de su padre y tener su propio espacio personal.
Tavernier aseguraba que amaba todo en el cine y, por ello, además de realizador fue guionista, dialoguista y productor, incluso en televisión. También hizo documentales y antes de rodar películas dirigió un cineclub y fue crítico de varias revistas de cine, entre ellas la inevitable ‘Cahiers du cinéma’.
Además, fue un divulgador en el Estado francés del cine estadounidense a partir de la década de 1940, tanto de figuras consagradas como de realizadores de culto poco conocidos fuera de su país, y publicó varios libros de referencia sobre este tema.
Trabajó con todos los grandes intérpretes del cine francés de las décadas de 1970, 1980 y 1990, como Romy Schneider, Philippe Noiret, Michel Piccoli, Nathalie Baye, Isabelle Huppert, Jean Rochefort o Sophie Marceau, que le ofrecieron algunos de sus papeles más memorables.