El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, tampoco ha logrado los votos favorables suficientes en la segunda vuelta de la investidura. Aragonès ha obtenido 42 votos favorables (los 33 de ERC y los 9 de la CUP), los 32 diputados de Junts per Catalunya se han abstenido y, el resto (PSC, Vox, Catlaunya en Comú, Ciutadans y PP), que suman 61 escaños, han votado en contra. De esta forma, han repetido los resultados del viernes.

A partir de aquí, disponen de dos meses para que JxCat se sume al acuerdo que ya alcanzaron ERC y CUP e investir a Aragonès, antes de que el 26 de mayo expire el plazo límite para culminar la investidura del nuevo president; de lo contrario, ese día serán convocadas automáticamente nuevas elecciones para julio.

«Estamos obligados a hacerlo con Junts», ha señalado el candidato durante su intervención. «Es más lo que nos une que lo que nos separa. Porque llevamos hecho mucho camino juntos y todavía nos queda la parte más importante por recorrer», ha insistido.

Aragonès ha insistido en el deseo de una nueva Generalitat que «se centre en encaminar la resolución del conflicto político con el Estado haciendo inevitable la amnistía y la autodeterminación», y ha asegurado que esta etapa es donde parece que hay más dificultades, pero considera que las distancias no son insalvables.

El candidato republicano ha vuelto a agradecer a la CUP que se hayan comprometido a abrir esta nueva etapa y pasar de la oposición a apoyar al Govern: «Y eso que hemos hecho con la CUP debemos de ser capaces de hacerlo con el conjunto de fuerzas políticas que quieren que superemos la crisis en clave transformadora».

Junts confía en afianzar el proyecto e investir a Aragonès

La portavoz de Junts en el Parlament, Gemma ha exigido a Aragonès que «asuma» que debe buscar un acuerdo con Junts y que no solo pida responsabilidad: «Nuestra responsabilidad estará. Hace falta su flexibilidad para reconocer que tiene 33 diputados y no 68».

Además, ha advertido de que su proyecto para Cataluya «dista mucho» del acuerdo entre ERC y la CUP, que «respeta» pero ve «estéril» porque no les interpela y, de hecho, ha reprochado que empezara las negociaciones con la CUP en lugar de con Junts. A partir de ahí, ha emplazado a Aragonès a pactar una unidad de acción de los partidos independentistas en Madrid y un acuerdo estratégico para llevar a cabo desde Europa.

A pesar de ello ha asegurado que no especularán con una posible repetición electoral: «Estamos más cerca que el viernes y estoy segura que no agotaremos el plazo», insistiendo en que Aragonès cuenta con su confianza pero que falta «afianzar» el proyecto.

Por su parte, la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant, ha lamentado la falta de acuerdo para avnzar en la investidura y ha pedido reflexionar. «Es nuestro deber extraer lecciones del fracaso de la política en clave institucional», ha señalado.

Reguant ha insistido en el peso social del acuerdo y, en época de pandemia, poner a disposición de la ciudadanía catalana soluciones. «Somos conscientes de los límites del poder autonómico y somos conscientes que hay acuerdo de país que sobrepasan los límites del régimen. Debemos tirar hacia adelante. Ya vale de utilizar la unidad como un arma arrojadiza».