Todavía no ha transcurrido un mes desde que se ha cumplido el décimo aniversario del desastre de Fukushima, cuando el Gobierno japonés parece dispuesto a ahondar en la herida provocada por el accidente nuclear que siguió al tsunami registrado el 11 de marzo de 2001 en la costa oriental de la isla de Honshu.
Según han informado este viernes la agencia Jiji y la cadena de televisión pública NHK, el Gabinete del primer ministro, Yoshihide Suga, planea anunciar el próximo martes la decisión de verter al océano Pacífico agua contaminada recogida en la zona donde se ubica la planta nuclear accidentada.
Siete años de debate
Esta decisión pondría fin a siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua procedente de la lluvia, de las aguas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que se fundieron tras el tsunami.
En la actualidad, alrededor de 1,25 millones de toneladas de agua contaminada se encuentran almacenadas en más de 1.000 tanques cerca de la central nuclear de Fukushima.
El agua destinada a ser liberada en esta operación, que debería llevar varios años, se ha filtrado en varias ocasiones para eliminar la mayoría de sus sustancias radiactivas (radionucleidos), pero no el tritio, que no puede eliminarse con las técnicas actuales.
La NHK ha señalado que el tritio se diluirá para cumplir con los estándares internacionales.
Los citados medios han añadido que, según los expertos, el tritio solo es peligroso para la salud humana en dosis muy altas.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) también aboga por la opción de dilución en el mar.
Reunión con la federación de pescadores
Esta información se ha hecho pública después de que Suga se reuniera el miércoles con Hiroshi Kishi, dirigente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Japón.
Al término de la reunión, el primer ministro comentó que se conocería una decisión «en un futuro próximo».
La decisión es tanto más urgente en cuanto que los límites de la capacidad de almacenamiento de agua in situ podrían alcanzarse a partir del otoño de 2022.