«Los madrileños tendrán que decidir entre un modelo de intervencionismo o uno de libertad», ha comenzado su discurso la presidenta y candidata a la reelección en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este martes de campaña. Es el eje de su campaña y deja clara esa divisoria de aguas apenas inicia. No sólo hoy sino en todas sus comparecencias desde que disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipadas para el 4 de mayo.
Convocada por Nueva Economía Forum, una organización de debate que invita a todos los candidatos a presentar sus propuestas vía telemática de la que ha participado NAIZ, Ayuso no ha defraudado y ha expuesto todas las ideas-fuerza antagonistas y confrontativas que la caracterizan, ufanándose de lo que según ella «muchos medios internacionales llaman el ‘modelo Madrid’» de gestión de la pandemia.
En el tercer día de campaña electoral (comenzó el domingo), Ayuso ha reiterado su reclamo al Gobierno del Estado para «que permita a empresas y mutuas comprar vacunas, descongestionando el sistema público e ir vacunando en paralelo». Ironizando sobre las idas y vueltas y marchas y contramarchas de Moncloa, ha subrayado: «Hace dos días respondieron que no lo permitirían, hace un día dijeron que sí».
Pero es inexacto: el Ministerio de Seguridad Social remarcó que las compras de vacunas seguirán siendo «centralizadas» pero que as mutuas sí podrán utilizar a su personal sanitario y sus infraestructuras para vacunar. Bastante diferente a lo que dijo la presidenta, aunque ya se sabe que la verdad suele ser la primera víctima de la campaña electoral.
Al ser un foro económico, Ayuso se ha enfocado en el tema tributario y ha advertido al electorado que la izquierda quiere «convertir a Madrid en un infierno fiscal, como lo han hecho con el resto de las comunidades donde gobiernan». Junto a ello ha mostrado su alarma porque Moncloa ya anuncia que tendrá «la armonización fiscal lista en 2022, es decir, que vendrá un hachazo fiscal. Si no es por el PSOE será por sus socios» de investidura. Más información sobre el dumping de Madrid en este artículo.
Según la candidata, esa equiparación autonómica en materia de impuestos Sánchez la usará para «vendérsela a sus socios independentistas y los herederos de ETA».
«Ante esto yo me reafirmo en ejecutar la mayor bajada de impuestos de la historia y agilizar la mayor cantidad de tramites que impidan emprender y vivir con libertad», ha recalcado, aunque no explica cómo lo hará, más allá de la anunciada promesa de campaña días pasados de rebaja de Donaciones y Sucesiones de 30 millones de euros que beneficiará al 0,11% más rico.
La libertad como característica local
Ayuso viene profundizando su tono regionalista (aunque a veces parece más una soberanista madrileña) y hace referencias a cuestiones identitarias. Hoy ha sido también el caso, diciendo que los habitantes de su región «aman Madrid por su libertad», la cual considera una característica local, y dispara contra sus adversarios, enajenándolos de ese sentimiento: «Madrid se ha convertido en una obsesión para la izquierda, una región que ni conocen ni comprenden».
«Los impuestos bajos son fundamentales para nuestro Estado de Bienestar. Madrid recauda 1000 millones de euros más que Catalunya con un millón de habitantes menos», dice orgullosa, y asegura estar «defendiendo a los ciudadanos de lo que sucede en España».
Con un guiño más al progresismo decepcionado (que en Madrid es bastante), afirma Ayuso que «para oponerse a Sánchez no hace falta ser de derechas, basta con ser sensato».
Además, ha pedido el voto «a toda esa clase media que emergió gracias a la democracia liberal de 1978. El voto al PP es el único voto útil, capaz de aglutinar esa mayoría amplia en torno a los valores e ideas de la democracia liberal».
En cuanto a promesas, ha dicho que si logra seguir al frente de la Real Casa de Correos creará un programa de bonos turísticos para reactivar el sector, una ley de mecenazgo para colaboración del sector privado en cultura, ciencia y turismo y una ley que «reduzca la maraña normativa», para que cada nueva regulación «vaya acompañada de un estudio de objetivos y costes y que las normas que no lo cumplan puedan verse modificadas o derogadas». La lógica del mercado en su máximo esplendor y sin prejuicios.
Ayuso ha dicho esperar «una amplia victoria para gobernar en libertad» y que su gobierno «sea motor de la libertad y de dar respuestas», como epicentro de la «lucha de los españoles contra las políticas liberticidas». «El 4M nos jugamos mucho», ha enfatizado al concluir, antes de continuar su raid televisivo, sin actividad proselitista en la calle prevista para este martes.
Este martes tarde la presidenta se reunirá con su equipo de campaña para prepararse para el debate con sus cinco adversarios en Telemadrid, a las 21.30, con Jon Ariztimuño y María Rey como moderadores. La suerte en el sorteo no le ha acompañado a la líder del PP: el debate lo abrirá y cerrará Pablo Iglesias (UP).