El milagro vuelve a complicarse para el Eibar. Haber salvado un punto en la recta final de un partido que tenía cuesta arriba desde el minuto tres y los tropiezos de los rivales alivian el castigo de un equipo al que las matemáticas mantienen vivo. Pero sigue en el fondo de la clasificación, a tres puntos del 17º puesto y la obligación de ganarlo todo y esperar, después de que se le haya escapado una oportunidad magnífica: si hubiera culminado la remontada, habría salido de descenso y, aunque probablemente seguiría obligado a firmar el pleno, ya no tendría que esperar a ver qué hace el resto de sus rivales. El equipo eibarrés, además, tendrá que afrontar las dos últimas jornadas sin un jugador que ha recuperado importancia en las últimas semanas –hoy ha firmado el gol, sin ir más lejos–, un Sergi Enrich que se ha marchado lesionado en el descuento.
El menorquín había vuelto a saltar al campo con los mismos compañeros que había alineado José Luis Mendilibar en las dos jornadas anteriores. No es cuestión de cambiar lo que funciona aunque hoy la cosa no ha salido tan bien. El Betis, que también venía con sus deberes por completar –un triunfo le aupaba a la quinta plaza y le aseguraba la clasificación europea– sólo ha necesitado tres minutos para adelantarse. Laínez ha conducido un contragolpe por la derecha para que Guardado soltase un zurdazo raso desde la frontal que ha tocado en Atienza lo justo para despistar a Dmitrovic y convertirse en el 0-1.
El Eibar ha respondido de inmediato con una buena acción por la derecha que ha acabado en el lateral de la portería y que invitaba a pensar en 87 minutos de asedio a Claudio Bravo. Y la intención, posiblemente, ha sido esa pero el resultado no. El Betis ha sabido imponer su ritmo, moviendo el balón con calma, sin asumir riesgos y cerrando filas ante un rival incapaz de encontrar huecos. Sólo en la recta final del primer tiempo, cuando Bryan se ha movido a la izquierda, han empezado a llegar los balones al área visitante, aunque ha faltado definición en el pase, imposibilitando que la hubiera en el remate.
En el descanso, Diop, que había visto la amarilla, ha dejado su puesto a Recio. Con el malagueño en la derecha, Bryan definitivamente en la izquierda, Expósito por dentro y el equipo ahora sí con una marcha más, el césped se ha inclinado hacia la portería bética. Ante un Betis tan conforme con lo que había que ha preferido perder tiempo que buscar la sentencia a la contra, los armeros han percutido, sin prisa pero sin pausa al principio, con intensidad creciente conforme avanzaba el tiempo. Las ocasiones, con todo, seguían sin ser claras hasta que, recién cumplida la hora, Claudio Bravo ha sacado en boca de gol un cabezazo de Enrich en el primer palo a saque de esquina.
El Betis se ha asustado y se ha animado el Eibar que, incluso ya sin Bryan en el campo –se ha marchado agotado, dejando su puesto a Kevin–, ha buscado el gol con ganas. Un centro de Kevin que Expósito ha voleado por encima del larguero ha sido el preludio del gol: a siete minutos del final, Correa ha enviado un centro perfecto desde la derecha para que Enrich correspondiese con un gran testarazo en el segundo palo.
Se ha venido definitivamente arriba el cuadro local pero el tiempo se ha consumido sin que pudiera voltear el marcador aunque, lamentablemente, sí ha alcanzado para que se lesionase Enrich. El empate deja a los armeros en el fondo de la tabla, empatados ahora con el Elche, a un punto del Valladolid y a tres del Huesca, que marca la frontera de la permanencia tras esta 36ª jornada.