El 25 de mayo de 2014, un gol de Jota Peleteiro al Alavés convertía al Eibar en equipo de Primera. A punto de cumplirse siete años de aquella gesta, los azulgranas regresan a Segunda. El milagro con el que se ilusionaron hace un par de semanas con su victoria ante el Alavés no ha dado más de sí y acaba con el que ha mantenido siete temporadas en la elite al equipo de una ciudad que, aun triplicando su población, no alcanzaría a llenar el Camp Nou. Precisamente ante el Barcelona acabará el próximo domingo este capítulo, glorioso pese a su triste final, de la historia del club.
La remontada del Elche en Cádiz dejaba sin ninguna opción al Eibar pero, además, los armeros no han cumplido con su parte. Antes de cumplirse el minuto veinte, de hecho, ya perdían por dos goles, una desventaja que se ha ampliado a la media hora y que la reacción del Eibar no ha podido voltear.
José Luis Mendilibar no ha podido repetir el once que había sumado siete puntos en las tres últimas jornadas. Enrich, Bryan y Diop, que no pudieron acabar el encuentro del jueves, se han quedado en el banquillo, dejando su lugar a Muto, Kevin y Recio, respectivamente. No ha dado tiempo ni a comprobar el efecto de las variaciones porque los errores en cadena han posibilitado que el Valencia se adelantase recién cumplido el minuto tres, con un balón de Soler que Guedes ha convertido en el 1-0. Los dos futbolistas han intercambiado papeles un cuarto de hora después, cuando el portugués ha asistido para que Soler ampliara distancias.
El Eibar, que había reaccionado al primero, ha quedado noqueado con el segundo. Hasta el punto de que no ha tardado en encajar uno más, de nuevo con la firma de Soler.
Con la defensa haciendo aguas y el equipo demasiado abatido para pelear arriba, Mendilibar no ha esperado al descanso para tomar cartas en el asunto. En el 34, Enrich y Bryan saltaban al verde en sustitución de Muto y Kevin. Y el acierto ha sido pleno porque los dos han participado en la jugada que recortaba distancias sólo cuatro minutos después, con la apertura del menorquín, el centro al segundo palo de Correa y el remate del gaditano.
El equipo estaba ya metido de lleno otra vez en el partido y más que ha podido hacerlo sólo cuatro minutos después, en el 42, con una acción que ha tenido de todo: remate de Arbilla al palo, rechace rematado por Enrich que ha sacado Cillesen sobre la línea y mano, codo en realidad, de Guillamón, que en la sala VOR han decidido dejar sin sanción para desesperación de los azulgranas.
Todo lo bueno que podía apuntar la recta final del primer tiempo se ha desmoronado nada más arrancar el segundo porque a los cuatro minutos llegaba el cuarto del Valencia, ahora con una asistencia de Maxi Gómez por la derecha que ha rematado Guedes.
La presión, el cansancio, los 34 grados, la desventaja… han hecho mella en un Eibar que nunca ha dejado de intentarlo hasta el punto de forzar media docena de córners y rozar el gol con los remates de Diop, Aleix García y Enrich. Pero ni siquiera ha logrado la recompensa mínima del gol para acortar distancias y soñar con un final de partido, y de temporada, mejores.