EH Bildu pone en duda que la aportación del Ayuntamiento de Iruñea en el concurso hípico de la Ciudadela sea solo de 35.000 euros como patrocinador (de un total de 200.000 euros) y pregunta quién va a asumir gastos como la reposición de jardinería, la limpieza diaria de la zona o la seguridad del entorno de un evento que reunirá a miles de personas y cientos de caballos durante dos semanas.

«Todo eso, evidentemente, va a costar mucho más de 35.000 euros y el equipo de gobierno no aclara ni quién correrá con esos gastos ni cómo se van a financiar y eso, a estas alturas, es inadmisible», sostiene EH Bildu.

Junto a ello, la formación soberanista denuncia «el oscurantismo intencionado» de Navarra Suma en esta cuestión. «Primero trataron de ocultar la participación de empresas y entidades afines a cargos o ex cargos de UPN, vínculos que aún están por investigar; después atacaron a quien los hizo públicos y a quienes hemos pedido explicaciones y ahora vuelven a guardar silencio respecto a quien financia el evento y bajo qué condiciones se les va a entregar las ayudas municipales», señala.

«Se vieron obligados a presentar el evento un día después de la comparecencia que solicitamos, una comparecencia que sólo dejó dudas; quien al principio presentaron como empresa colaboradora, el estudio Arquiumas de la exparlamentaria de UPN Amaya Otamendi, ahora ha desaparecido; el propio Ayuntamiento era organizador del acto cuando éste se presentó a finales de abril y ahora es sólo colaborador y la memoria que presentaron ayer está plagada de incongruencias y faltas», relata EH Bildu.

Junto a ello, EH Bildu destaca que Navarra Suma esté tratando de usar dinero público y la excusa de la pandemia para financiar medidas del programa electoral que presentaron en 2015. «En concreto la celebración de un acto de estas características era la medida 211 del programa electoral de Navarra Suma”, revela Eh Bildu.

La formación abertzale denuncia que Navarra Suma «utiliza la suspensión de los sanfermines y una pandemia para llevar adelante su programa, pero cuando se revela quién está detrás tienen que recular para hacer creer a la opinión pública que son empresas privadas quienes impulsan lo que la derecha vendió como propio».