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Las tres víctimas del crimen de Kaseda fallecieron por disparos de proyectil múltiple

La cuarta sesión del juicio por el triple crimen de Kaseda ha contado con la declaración del forense, que ha señalado que todos fallecieron por por disparos de proyectil múltiple.

Imagen del primer día del juicio por el triple crimen de Kaseda. (Idoia ZABALETA / FOKU)
Imagen del primer día del juicio por el triple crimen de Kaseda. (Idoia ZABALETA / FOKU)

Las tres víctimas del crimen de Kaseda fallecieron a causa de las hemorragias internas producidas por disparos de proyectil múltiple, que en todos los casos afectaron a vasos sanguíneos principales y provocaron heridas con gran dificultad de supervivencia. Los agentes instructores afirmaron ayer que los tres acusados tenían en sus manos residuos de disparos.

En la cuarta sesión del juicio, el forense ha situado la muerte de las tres víctimas en torno a las 19.00 del 18 de septiembre del 2018 y ha señalado que todos ellos fallecieron por hemorragias internas de gran gravedad producto de daños en vasos sanguíneos principales.

En concreto, el padre sufrió una hemorragia masiva por la rotura de la aorta torácica, el vaso más grande del cuerpo humano; uno de los hijos falleció por una hemorragia masiva causada por la rotura de la arteria ilíaca, una de las bifurcaciones de la aorta; y el otro sufrió una hemorragia interna producto de la rotura de la arteria carótida y varias roturas en los pulmones.

En el caso de este último, ha precisado, se observó presencia de sangre en las vías respiratorias, lo que implica que hubo «aspiración» y «parte de la sangre de la hemorragia interna llegó a los pulmones», un «signo de que hubo un tiempo de supervivencia corto».

El tipo de arma empleada, ha explicado, es de ánima lisa y de proyectil múltiple de postas. Aunque en el caso del padre y uno de los hijos no tienen dudas de que recibieron un único disparo, las heridas del otro podrían ser compatibles con uno o dos impactos, ya que los perdigones presentan «gran dispersión, dos trayectorias diferentes y se localizaron cerca del cuerpo dos tacos».

En referencia a la distancia desde la que se efectuaron los disparos, ha concluido que en el caso del padre se realizó a una distancia aproximada de 2 metros, en el del primero de los hijos a una distancia de unos 5 metros y «claramente mayor» a la de su hermano en tercer caso.

Este último, además, presentaba «muchas lesiones en la cara», en ambas rodillas, en el codo, en las palmas de ambas manos y en el hombro derecho que «no parece que sean de un impacto directo». «La explicación más razonable es que hubiera un arrastre, no se si agónico de él o de los equipos asistenciales al moverlo» ha apuntado matizando que, aunque «algunas de las lesiones se podrían justificar con algún proyectil rozando», estas son «demasiado anchas para eso».