Alexander Lukashenko ha viajado a Sochi, ciudad rusa a orillas del mar Negro, apenas unos días después de ordenar, con el argumento de una supuesta amenaza de bomba a bordo, el desvío de un avión que cubría la ruta Atenas-Vilnius para detener al periodista opositor Roman Protasevich.

El presidente bielorruso ha recibido el apoyo expreso de su anfitrión ruso, que ha criticado los intentos de Occidente de «desestabilizar» al país vecino.

«Está teniendo lugar un intento de desestabilizar la situación hasta los niveles de agosto del pasado año», ha comentado Lukashenko, en referencia al estallido de las protestas antigubernamentales en Bielorrusia tras las elecciones presidenciales tildadas de fraude por la oposición y por la UE.

«Está muy claro lo que buscan nuestros amigos occidentales. Pero no hay alturas que los bolcheviques no hayan tomado. Y nosotros también las tomaremos», ha subrayado.

El maletín de Lukashenko

Lukashenko ha mostrado a Putin un maletín negro con «algunos documentos» sobre el incidente del Boeing desviado el pasado domingo. «Para que entienda lo que pasó. Para que comprenda qué clase de gente son», le ha dicho.

Por su parte, Putin ha recordado el incidente ocurrido en 2013 cuando Austria, a petición de Estados Unidos, obligó a aterrizar el avión en el que viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, por la sospecha de que el exanalista de la CIA Edward Snowden se encontraba a bordo.

«El avión del presidente de Bolivia, lo bajaron. Sacaron al presidente del avión y nada: silencio», ha añadido el presidente ruso.

Putin ve avances en la Unión Rusia-Bielorrusia

El presidente ruso no ha dejado pasar la oportunidad que le brinda el aislamiento a Minsk desde Occidente para fortalecer el proyecto de Unión entre Rusia y Bielorrusia, negociado desde hace años y hacia el que Lukashenko planteaba reticencias.

Putin ha observado en la reunión «resultados concretos» del acercamiento entre ambos Estados. «Estamos construyendo una Unión» reforzada. «Avanzamos de manera firme en esa dirección (...) y este trabajo aporta ya resultados concretos para nuestros ciudadanos», ha señalado.

Mientras, la presión occidental continúa. «El régimen de Minsk debe estar aislado a nivel internacional», ha expresado el vicecanciller alemán, Olafa Sholz, que ha acusado a Lukashenko de «violar el Derecho Internacional al exigir el aterrizaje del avión» que viajaba de Grecia a Lituania.

En este sentido, ha instado a Putin a «utilizar toda su influencia sobre el dictador bielorruso para obtener la liberación inmediata de Protasevich y Sapega», el opositor y su pareja detenidos en el avión.

«Moscú no debe ignorar este acto monstruoso de piratería», ha añadido.

Líneas aéreas suspendidas en Rusia

Pero el Kremlin afirma que no duda de la versión bielorrusa, según la cual la tripulación accedió voluntariamente a aterrizar en Minsk tras recibir un aviso de bomba, y la presencia del opositor en el vuelo fue una casualidad.

Por otra parte, Rusia ha suspendido este viernes varios vuelos de la UE a Rusia, que pretendían evitar el espacio aéreo de Bielorrusia, argumentando problemas técnicos sin trasfondo político, al aumentar las peticiones de aerolíneas que han cambiado sus rutas.

Moscú planeaba permitir pronto la entrada de los aviones europeos tras la suspensión de los vuelos de Air France y Austrian Airlines, que pretendían evitar el territorio de Bielorrusia.