Recién confirmado su fichaje por la escuadra navarra tras abonar ocho millones al Mallorca –el traspaso más caro en la historia de la entidad rojilla–, Budimir ha valorado su primer año defendiendo la elástica de Osasuna como un periodo en el que ha habido «ilusión, pasión, sufrimiento y, finalmente, el éxito de la salvación».

El ariete croata, que contribuyó con sus once dianas ligueras a la consecución del objetivo, ha resaltado que «el equipo ha hecho un trabajo excepcional, semana tras semana, más allá de los partidos». En este sentido, «no he apreciado diferencias cuando estuvimos en última posición y cuando ganamos tres partidos consecutivos».

El balcánico, que ha sido una de las revelaciones del torneo doméstico en su segundo curso al más alto nivel, ha añadido que él siempre estuvo «tranquilo, porque sabía que la situación iba a cambiar», refiriéndose a los malos momentos que pasó el conjunto navarro en la primera vuelta.

Ha resaltado, asimismo, el papel fundamental que desempeña su técnico, Jagoba Arrasate, de quien ha distinguido la «claridad» con la que habla a los jugadores, además de la «persistencia» que mostró el de Berriatua cuando peor iban las cosas, como la racha negativa de 13 encuentros consecutivos sin ganar.

Budimir ha puesto de relieve que uno de los factores que le han inclinado a dar el visto bueno a su continuidad en Osasuna ha sido comprobar como sus seres más cercanos se amoldaban a la perfección a la ciudad. «He visto a mi familia contenta en Pamplona y entrenar con una sonrisa siempre es una buena señal», ha apuntado, recordando que ha sido en tierras navarras donde ha nacido su hijo.

Y también el calor de la gente a través de las redes sociales o paseando por la calle, pese a no haber conocido todavía el aliento de las gradas de El Sadar, algo que echa de menos en todos los estadios, ya que indica que sin afición el fútbol no es cien por cien.

«En Croacia sabemos desde pequeños que, si queremos jugar al máximo nivel, tenemos que salir de allí. Si eso ocurre es muy positivo, porque significa participar en una de las cinco grandes ligas. Concibo estas experiencias como un viaje, no planifico mucho mi futuro», describe.

A la espera de una oportunidad

Concentrado ahora mismo con Croacia para la disputa de la Eurocopa, Budimir aguarda a la espera de que su seleccionador, Zlatko Dalic, le dé una oportunidad, pero sabe que la competencia es dura. Por delante tiene a Andrej Kramaric y al «talentoso» Bruno Petkovic, pero el rojillo trabaja para mantener su tono fiísico por si tiene que salir «uno o noventa minutos».

El combinado balcánico debuta este domingo en Wembley ante Inglaterra, «una de las mejores selecciones», contra la que Budimir podría estrenars como goleador en un torneo de esta categoría, si bien «no pienso tanto en los goles, sino en el trabajo previo necesario para que estos lleguen».

En todo caso, el atacante de Osasuna considera «todo un orgullo» el hecho de jugar al lado de Luka Modric, «el mejor jugador croata de la historia». «He tenido la oportunidad de estar en partidos de clasificación para el Mundial de Catar 2022, pero esta vez es diferente. Vamos a pasar un mes juntos preparando una cita importante y especial«, explica Budimir.

Recuerda que «todavía somos subcampeones del mundo y es evidente que la gente tendrá expectativas», aunque matiza que aquel equipo de Rusia 2018 ha sufrido bajas importantes, como son los casos de Ivan Rakitic y Mario Mandzukic.

Sin embargo, el vestuario balcánico todavía atesora mucho talento. «Me giro y veo a Modric y Kovacic, con cuatro Champions League, a Ivan Perišic, que el año pasado ganó con el Bayern… todo esto define nuestro equipo; contamos con jugadores de mucha categoría».

«Este es un proyecto diferenciado del de Rusia, que requiere de tiempo y esfuerzo. Estos meses que llevamos juntos nos han venido bien para experimentar y hacer pruebas durante los entrenamientos», ha subrayado.

El primer objetivo de Croacia es pasar la fase de grupos, en la que se enfrentarán a Inglaterra, Escocia y República Checa, todo ello sin contar con el apoyo de sus incondicionales de los cuadros rojos y blancos, algo que «será muy extraño.