Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

In extremis, la propuesta futbolística tulipán encuentra recompensa ante Ucrania (3-2)

El despligue futbolístico de Países Bajos ha tenido su premio, aunque a falta de cinco minutos para el final, ante una Ucrania que ha dejado patente su pegada, empatando provisionalmente en cuatro minutos.

El lateral derecho del PSV, Denzel Dumfries, ha sido el gran protagonista del partido por sus coladas por banda y ser autor del último gol. (Olaf KRAAK/AFP)
El lateral derecho del PSV, Denzel Dumfries, ha sido el gran protagonista del partido por sus coladas por banda y ser autor del último gol. (Olaf KRAAK/AFP)

El técnico holandés, Frank de Boer, podrá respirar tranquilo después de que su equipo se haya alzado con una victoria muy trabajada que a punto estuvo de frustrar la eficacia ucraniana y que le hubiera deparado todavía más críticas por su 5-3-2 de salida.

Lo cierto es que la escuadra tulipán ha acallado con su juego las voces contrarias a una disposición táctica que consideran defensiva y contraria a la filosofía futbolística de los Países Bajos. Los oranje han desplegado un fútbol de ataque, con múltiples llegadas al área rival, pudiendo muy bien adelantarse en el electrónico en la primera mitad en más de una ocasión.

En los siete minutos iniciales, la escuadra naranja ha fabricado hasta tres oportunidades muy claras para inaugurar el luminoso y, cuando ha conseguido dirigir el cuero entre los tres palos, se ha encontrado con un inspiradísimo Bushchan que más tarde, sin embargo, no ha estado tan acertado.

Ha sido un duelo en el que las delanteras han superado a las defensas, con Holanda llevando la iniciativa y Ucrania encontrando con su velocidad vías de agua en la medular rival y bastantes facilidades para merodear por el área tulipán.

Los movimientos de Depay y las llegadas de Wijnaldum han sembrado el pánico en la zaga de los de Andrei Shevchenko, que han intentado contrarrestarlas con rápidas salidas, pero sin mayor acierto ni definición en los últimos metros.

Algo similar le ha ocurrido a Países Bajos, cuyas mejores oportunidades han estado en un empalme del flamante fichaje del PSG al que ha respondido con una parada de balonmano el cancerbero del Dinamo de Kiev y un cabezazo solo en el segundo palo de un Dumfries que se redimiría en el segundo periodo.

Cinco goles en la segunda parte

Y es que, tras el descanso, toda la falta de puntería holandesa se ha traducido en eficiencia goleadora. En el minuto 53, Wijnaldum ha abierto la lata llegando desde atrás tras un rechazo con la mano de Bushchan a la media luna y, seis después, Weghorst ha puesto el 2-0 ante la poca contundencia de la zaga rival.

Ambos lances han llegado por la derecha, tras sendas internadas de Dumfries, que no ha sabido frenar Mykolenko. En esos momentos, el duelo ha estado totalmente inclinado del lado de Países Bajos, que ha pasado a controlar el tiempo y ritmo de juego.

Todo ha dado un vuelco estratosférico en el último cuarto de hora, coincidiendo –casualidad o no– con los cambios realizados por De Boer en su línea defensiva. Primero, Yarmolenko se ha sacado un zurdazo a la escuadra en el 75 –uno de los golazos de esta Eurocopa– para mantener las esperanzas de los suyos y, apenas cuatro mnutos después, Yaremchuk las ha confirmado con un testarazo tras falta lateral.

Parecía que el despliegue futbolístico tulipán se iba a quedar sin recompensa ante la pegada ucraniana, pero el MVP del choque, Dumfries, no había dicho todavía su última palabra, ganando en el salto a su marcador para poner un cabezazo en el minuto 85 al que Bushchan apenas ha llegado a tocar con su manopla.

Al final, victoria holandesa que premia su buen hacer sobre el verde, pero que no oculta poca contundencia atrás, mientras Ucrania ha hecho gala de su habitual irregularidad, surcando un tobogán de sensaciones contradictorias que han acabado en derrota.