El actual jefe del Govern, Pere Aragonès, y el president exiliado Carles Puigdemont han mantenido una reunión este viernes en Waterloo, desde donde han advertido que los eventuales indultos a los líderes independentistas presos «no son la solución al conflicto político» catalán y han insistido en reivindicar amnistía y autodeterminación.

Ha sido el primer encuentro entre ambos desde la toma de posesión del nuevo Govern, después de un proceso negociador entre ERC y JxCat plagado de tensiones sobre una posible «tutela» del Govern de Pere Aragonès desde el Consell per la República que lidera Puigdemont.

Sobre este hecho, Aragonès ha explicado que su visita a Waterloo se debe a «una cuestión de reconocimiento institucional, para trabajar la continuidad histórica de la Generalitat». «Estoy convencido de que nos seguiremos reuniendo», ha destacado, y ha deseado que este tipo de reuniones «no se tengan que hacer nunca más en el exilio, y se puedan celebrar en nuestro país».

En la rueda de prensa posterior al encuentro en la residencia de Puigdemont en Bélgica, la Casa de la República, Aragonès ha dicho que «los indultos pueden favorecer de forma significativa la situación de los nueve presos políticos en Catalunya», pero «no son la solución a un conflicto de fondo con un calado mucho más profundo».

Además, Puigdemont ha preguntado al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, si, al margen de conceder los indultos a los impulsores del 1-O encarcelados respetará la inmunidad «de todos los eurodiputados», incluyendo la suya.

Puigdemont ve evidente que el «Estado español se ve abocado a hacer los indultos porque sabe que, si no toma la incitativa, otros la tomaran por ellos» –en referencia a los tribunales europeos–, y descarta que la medida de gracia sea una solución al conflicto catalán.