Las autoridades de Japón han alertado de que el número de desaparecidos a causa de un deslave provocado por las fuertes lluvias en la prefectura de Shizuoka el sábado ha ascendido a 80, si bien los servicios de rescate siguen trabajando en la zona a la espera de encontrar supervivientes. Hay al menos cuatro muertos.

Sakae Saito, alcalde de la ciudad de Atami, ha indicado que actualmente hay unas 1.500 personas desplegadas en la zona para realizar los trabajos de búsqueda y rescate. «Queremos rescatar a tantas víctimas como sea posible», ha destacado por su parte el primer ministro del país, Yoshihide Suga. El mandatario nipón ha señalado que los bomberos y miembros del ejército se han sumado a las labores.

Unas 130 casas y otros edificios quedaron destruidos o dañados cuando el enorme deslizamiento de tierra arrasó una zona residencial de Atami a media mañana del sábado, dejando un paisaje desolado con casas destruidas, autos volcados y montones de escombros.

Gran parte de Japón se encuentra actualmente en medio de la temporada de lluvias, que a menudo provoca inundaciones y deslizamientos de tierra. Los científicos dicen que el fenómeno se ve agravado por el cambio climático, ya que una atmósfera más cálida retiene más agua, lo que aumenta el riesgo y la intensidad de las precipitaciones extremas.

Investigación

El gobernador de la prefectura de Shizuoka, Heita Kawakatsu, anunció el domingo la apertura de una investigación sobre las causas del deslave, que podría tener su origen en una acumulación de tierra relacionada con una obra.

Las imágenes de un dron revelan que un kilómetro más arriba del lugar del incidente se había acumulado una gran cantidad de tierra en una franja de 100 metros de largo junto al río, lo que habría afectado a la capacidad de la montaña para absorber el agua. El estudio compara los datos topográficos de 2010, antes del inicio de la obra, con los actuales.

Gran parte de esta tierra acumulada habría sido arrastrada por las aguas tras días de intensas lluvias. El deslave ha movido hasta 100.000 metros cúbicos según las estimaciones, de los que al menos la mitad corresponderían a la tierra desplazada para la obra.