NAIZ
Tel Aviv

El nuevo primer ministro israelí sufre su primer revés en el Parlamento

El Parlamento israelí ha rechazado este martes prorrogar una polémica norma que se aplicaba desde 2003 y que prohíbe la concesión de la nacionalidad a las parejas de los palestinos ciudadanos de Israel, un revés para el recién nombrado primer ministro Naftalí Bennett.

El primer ministro de Israel, Naftalí Bennett, en la sesión parlamentaria de este martes.  (Menahem KAHANA/POOL/AFP)
El primer ministro de Israel, Naftalí Bennett, en la sesión parlamentaria de este martes. (Menahem KAHANA/POOL/AFP)

El Parlamento de Israel ha rechazado este martes prorrogar la controvertida Ley de Ciudadanía y Entrada en Israel, que afecta a la reunificación de familias palestinas, después de que un miembro de la coalición de Gobierno haya votado en contra del acuerdo.

La votación, que ha tenido lugar a primera hora de la mañana tras una noche de debate, se ha saldado con 59 votos a favor, 59 en contra y dos abstenciones –de miembros de la Lista Arabe Conjunta–, por lo que la ley expirará en la medianoche de este martes.

La ley, que bloquea la entrega automática de la ciudadanía o residencia a ciudadanos palestinos que se hayan casado con israelíes, fue aprobada por primera vez en 2003 y ha sido prorrogada desde entonces, en un intento de las autoridades de no absorber población palestina que pueda provocar un cambio demográfico.

El acuerdo sometido a votación se había logrado después de que la Lista Arabe Conjunta, el Partido Laborista y Meretz –izquierda sionista– pactaran una prórroga de seis meses, en lugar de un año, y la entrega de residencia a cerca de 1.600 familias palestinas, además de crear un comité para encontrar soluciones a otros 9.700 palestinos residentes en Israel con permisos del Ejército.

Sin embargo, la votación en la Knesset se ha saldado con una derrota para el Gobierno de unidad ensamblado tras cuatro legislativas en cerca de dos años después de que Amichai Chikli, miembro del partido de Bennett, Yamina, se alineara con la oposición, encabezada por el Likud del ex primer ministro Benjamin Netanyahu.

Acusaciones entre Bennett y Netanyahu

El partido de Bennett ha cargado contra los partidos opositores derechistas por tumbar la ley y ha recalcado que supone «un duro golpe para la seguridad de Israel». «Son políticas mezquinas a expensas de los ciudadanos israelíes. Es el motivo por el que están en la oposición y por lo que seguirán ahí», ha sostenido.

En este sentido, la formación derechista ha recalcado que «para Netanyahu, si no está él en el poder, el Estado puede estallar en llamas».

Por su parte, el Likud ha rechazado las críticas y ha apuntado que Bennett y el ahora ministro de Exteriores, Yair Lapid –quien logró ensamblar la coalición de Gobierno tras las últimas elecciones–, «querían comprar dos votos de la Lista Arabe Conjunta a cambio de permitir a miles de personas entrar y poner en peligro la identidad sionista de Israel».

La ley de 2003 fue aprobada por motivos de seguridad tras la Segunda Intifada y contemplaba que ningún residente de Cisjordania y la Franja de Gaza obtendría la ciudadanía o residencia en Israel, incluyendo a maridos o esposas de ciudadanos israelíes, lo que afecta ‘de facto’ a palestinos residentes en Jerusalén Este.

La excepción que impone esta ley contrasta con la norma general, dado que si un ciudadano israelí se casa con un extranjero, su pareja recibe inmediatamente un visado de residencia temporal, tras lo que se abre el camino para la ciudadanía, tal y como ha recogido el diario israelí ‘The Jerusalem Post’.

La legislación fue enmendada en 2007 para incluir a ciudadanos de Irak, Irán, Líbano y Siria, definidos como «estados enemigos» por Israel, y ha sido descrita como clave para la seguridad del país durante los últimos días por Bennett, quien ha sufrido un primer varapalo en la Knesset tras poner en pie el Ejecutivo hace menos de un mes.