Le ha salido una seria competidora a la hasta ahora invencible Katie Ledecky, reina de la natación femenina. La australiana Ariarne Titmus, que ya le derrotó en los Mundiales de 2019, lo ha vuelto a hacer en la distancia de 400 libre, primera final en la que se van a ver las caras ambas nadadoras.
La aussie, de 20 años, ha logrado un tiempo de 3:56.69, superando en 67 centésimas a Ledecky, mientras que la china Bingjie Li se ha hecho con el bronce. Titmus se ha hecho con la victoria merced al cambio de ritmo que ha impuesto en los dos últimos largos.
De nada le ha servido a "Katie" –no podrá lograr su objetivo de sumar cinco oros– tirar desde el principio como una auténtica posesa, pues a falta de 150 metros para el final de la prueba apenas aventajaba en 66 centésimas a la australiana, que ha asestado el golpe definitivo poco después para ponerse en cabeza en el último largo.
La final ha respondido a las expectativas, después de que Titmus rozase el récord mundial en junio –3:56.46–, pero Ledecky la superase en las preliminares del domingo en 1.21, lo que dejaba las espadas en todo lo alto para esta prueba, una rivalidad que se va a prolongar a otras dos finales más, las de 200 y 800 libres.
A la nadadora de Washington no le ha quedado otro remedio que resarcirse en las semifinales de 1.500, donde ha firmado un nuevo récord olímpico –15.35.35–, lejos de la plusmarca mundial que también ostenta la norteamericana –15.20.48–, que es triple campeona mundial de la distancia.
Más complicado se le presenta su duelo en los 200 libres, en cuyos preliminares apenas ha obtenido una diferencia de diez centésimas sobre la canadiense Penny Oleksiak y de 60 sobre su verdugo en 400, Ariarne Titmus.
Mejor le ha ido a su compatriota Regan Smith. La estadounidense ha establecido una nueva marca olímpica en la prueba de los 100 espalda, tras firmar el mejor tiempo de las semifinales de la distancia con una marca de 57.86. Smith ha rebajado en dos centésimas el récord establecido por la australiana Kaylee McKeown el domingo.
Y no parece que el tema vaya a quedar ahí, dado que en apenas seis minutos, durante esa jornada dominical, hasta tres nadadoras diferentes –las dos mencionadas y la canadiense Kyle Masse– consiguieron sus respectivos récords, un listón que podría volver a superarse en la final de la modalidad.
En el apartado masculino, lo más destacado ha sido que el británico Adam Peaty ha revalidado su título olímpico en los 100 braza, al imponerse con un tiempo de 57.37. Le ha faltado al de Uttoxeter redondearlo con un nuevo récord, aunque por momentos ha estado a punto de mejorar su propia plusmarca universal.
Al inglés, que posee 19 de las 20 mejores marcas de todos los tiempos, le han acompañado en el cajón el neerlandés Arno Kamminga –58.00– y el italiano Nicolo Martinenghi –58.53–.