Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA

Las «verdades» de Timochenko y Mancuso frente a las víctimas

Rodrigo Londoño, alias Timochenko, y el exjefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia Salvatore Mancuso confrontaron con las víctimas del conflicto en su histórica comparecencia en la Comisión de la Verdad. Desde prisión, Mancuso expuso cómo se fue forjando la alianza com el Estado .

Captura de pantalla de la comparecencia ante la Comisión de la Verdad de Colombia y por videoconferencia desde una prisión estadounidense del exjefe paramilitar de las AUC Salvatore Mancuso. (NAIZ)
Captura de pantalla de la comparecencia ante la Comisión de la Verdad de Colombia y por videoconferencia desde una prisión estadounidense del exjefe paramilitar de las AUC Salvatore Mancuso. (NAIZ)

«No queremos la verdad judicial, ni una verdad académica, ni la verdad de los medios… queremos la verdad de ustedes»; «por qué se enseñaron con tanta violencia contra las mujeres en los Montes de María»; «poder dialogar con un actor que un día nos hizo tanto daño es muy importante para nosotros porque quienes sufrimos somos los que estamos en la mitad del conflicto»; «digan todos los responsables que están detrás de ustedes»; «por qué perpetuaron tomas guerrilleras, por qué contribuyeron a que la mayoría de las víctimas fueran las que estaban en medio del fuego cruzado»; «esto nos va a permitir sanar heridos, cerrar ciclos de sufrimiento de quienes tienen desaparecidos forzados»; «se tilda de guerrillero a todo aquel que piensa distinto, esta práctica se ha interiorizado en nuestra sociedad, quisiera preguntarle al señor Mancuso a qué se compromete para cambiar esa mentalidad de odio».

Estas fueron algunas de las tantas cuestiones a las que tuvieron que hacer frente el excomandante en jefe de las FARC-EP, Rodrigo Londoño, y actual presidente de los Comunes, y el exjefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, quienes ayer comparecieron por videoconferencia en la Comisión de la Verdad de Colombia. Mancuso lo hizo desde una prisión estadounidense.

A preguntas del presidente de la Comisión de la Verdad, el sacerdote jesuita Francisco de Roux, el exjefe paramilitar desgranó la naturaleza de las AUC.

«Fuimos un proyecto político militar contrainsurgente, no solo nacimos para enfrentar a la guerrilla, enemigo de la nación colombiana, sino que teníamos la convicción de lucha anticomunista, de fortalecer la institucionalidad y la democracia. Había más territorio que Estado», señaló Mancuso.

«Los políticos que llegaban a esas regiones compraban los votos con dinero, con un paquete de cigarrillo, con una botella de ron, pero una vez elegidos, se iban y se olvidaban de las regiones. Empresarios, agricultores, ganaderos... nos buscaban para que solucionáramos los problemas de educación, de falta de trabajo de las comunidades. Esos pedidos empezaron a legitimarnos y así fuimos ganando control político», sostuvo.

«El gran victimario de la Unión Patriótica fue el Estado»

«Queríamos subvertir el orden normal de los gobiernos de turno no para cambiarlos como quería la guerrilla sino para que esos políticos cumplieran con el orden constitucional. Tuvimos que llevar a personas hasta las máximas instancias del Gobierno –aseguró–. Esa vinculación al tema político nos llevó a un entramado que derivó en lo conocido como la parapolítica. Esta concepción nos llevó a enfrentar a aquellos que considerábamos que eran enemigos de la nación colombiana. Voy a poner un ejemplo específico, el de la Unión Patriótica –continuó el exjefe paramilitar. Cuando empezó a llegar a cargos de elección popular, la preocupación vino de instituciones de seguridad del Estado y de sectores económicos». «Quisiera hacer una puntualización, su gran victimario fue el Estado, no las Autodefensas que, no obstante, reconozco que tuvimos responsabilidad», subrayó.

Mancuso también detalló cómo conseguían las armas del «mercado negro» provenientes de Bulgaria, Venezuela o Centroamérica: «Hubo pactos con narcotraficantes, estas economías ilegales permitían conseguir recursos suficientes para enfrentar al fenómeno guerrillero».

Londoño explicó el porqué de las tomas guerrilleras, el modo en que lograban las armas y el «mito de que nos llegaban de Cuba, de Moscú».

Enfrentados durante décadas, ayer ambos expusieron sus «verdades» porque, tal y como remarcaron, «la complejidad del conficto colombiano no admite verdades unilaterales».