En respuesta a la contribución del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) al sexto Informe de Evaluación (AR6), organizaciones medioambientales y grupos ecologistas han exigido este lunes a los gobiernos acciones urgentes basadas en el respeto a la naturaleza para frenar los efectos negativos del calentamiento global.
La responsable de política climática de Oxfam Intermon, Nafkote Dabi, ha subrayado que este documento recoge una «imperiosa llamada de atención para que la industria mundial cambie del petróleo, gas y carbón a las energías renovables», incidiendo en que «no existe un Plan B».
Dabi ha destacado el papel que puede jugar en este cambio la ciudadanía utilizando «su propio poder político y sus comportamientos para impulsar a las grandes corporaciones y los gobiernos contaminantes en la dirección correcta».
Tras recordar que este informe marca la agenda para la cumbre climática que se llevará a cabo en Glasgow (COP26) a principios de noviembre, ha señalado que el panel de expertos «describe cómo se estrechan las posibilidades de mantener el calentamiento global en 1,5° C y evitar el desastre planetario».
«Este informe es una prueba aún más irrefutable de que el cambio climático está ocurriendo ahora, y de que el calentamiento global ya es uno de los impulsores más dañinos del empeoramiento del hambre, la migración, la pobreza y la desigualdad en todo el mundo», ha añadido la portavoz de Oxfam.
El coste humano: muertes, desplazados y desigualdad
Al repasar algunos de los acontencimientos que más impacto están teniendo, ha indicado que «en los últimos años, con 1° C del calentamiento global, ha habido ciclones mortales en Asia y América Central, inundaciones en Europa y el Reino Unido, enormes enjambres de langostas en África y olas de calor e incendios forestales sin precedentes en Estados Unidos y Australia, todos propulsados por el cambio climático».
A eso se añade que «en los últimos diez años más personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por desastres climáticos extremos que por cualquier otra razón: 20 millones al año o una persona cada dos segundos».
Y el número de desastres relacionados con el clima se ha triplicado en 30 años: desde el año 2000, la ONU estima que 1,23 millones de personas han muerto y 4,2 mil millones se han visto afectados por sequías, inundaciones e incendios forestales.
La responsable de esta ONG tampoco ha pasado por alto que «el uno por ciento más rico de las personas del mundo, aproximadamente 63 millones de personas, son responsables de más del doble de contaminación de carbono que los 3.100 millones de personas que constituyen la mitad más pobre de la humanidad».
Una desigualdad que, en su opinión, dejará de existir en el peor de los finales, puesto que «las personas con dinero y poder podrán comprar algo de protección contra los efectos del calentamiento global durante más tiempo que las personas sin esos privilegios y recursos, pero no para siempre. Nadie está a salvo».
«Este informe deja claro que nos encontramos en una etapa en la que la autoconservación o es un proceso colectivo o será un fracaso», ha advertido.
Greenpeace utilizará el informe ante los tribunales
Para Greenpeace, el último informe del IPCC pone de manifiesto la necesidad de «una acción climática urgente, fortalece la evidencia científica entre emisiones y eventos climáticos extremos, y puede ser clave en los litigios contra gobiernos y empresas».
Esta ONG ha reclamado a los gobiernos que «evisen y aumenten sus objetivos climáticos para alcanzar nuevos acuerdos en la COP26», incidiendo en la conexión estrecha que existe entre las emisiones de gases de efecto invernadero y los fenómenos meteorológicos extremos.
Kaisa Kosonen, asesora política de Clima y Energía en Greenpeace Internacional, ha anunciado que llevarán las conclusiones del IPCC a los tribunales «para exigir justicia climática».
Por su parte, Ecologistas en Acción ha denunciado que «la sordera de los gobiernos a las reducciones marcadas por la ciencia es una actitud injustificable que condena durante siglos la vida en el planeta». Por ello, ha animado a aumentar la presión política sobre la base de la ciencia y a cumplir el objetivo de mantener el calentamiento global por de bajo de los 1,5 grados.
Mientras, la activista sueca Greta Thunberg no se ha mostrado sorprendida por las conclusiones del grupo de expertos de Naciones Unidas, aunque considera que todavía es posible evitar lo peor con una acción urgente.
«El nuevo informe del IPCC no contiene ninguna sorpresa real. Confirma lo que ya sabemos por miles de estudios e informes previos: que estamos en una emergencia. Es un sumario sólido pero prudente de los mejores datos científicos disponibles», ha señalado en las redes sociales.
António Guterres: «Es un código rojo para la humanidad»
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido de que el nuevo informe es un «código rojo para la humanidad» y se ha sumado a las voces que apelan a la necesidad de tomar medidas inmediatas y más ambiciosas para frenar el calentamiento global.
Ha indicado que las «soluciones están claras» y que lo que hace falta es «solidaridad y valor» para actuar, en especial por parte de las naciones más ricas y los grandes emisores de gases de efecto invernadero.
«Si unimos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática. Pero tal y como muestra el informe de hoy, no hay tiempo para retrasos ni espacio para excusas», ha insistido Guterres, que ha destacado la importancia que cobra la cumbre del clima que se celebrará en Glasgow.