NAIZ
Berna

La escritura inclusiva aviva el debate en Suiza y podría dilucidarse en un referéndum

El empeño en lograr una escritura neutra, en la que ningún género predomine sobre otro, está provocando encendidas discusiones en Suiza, que, como es habitual en este país, podría resolver el asunto en un referéndum. El país helvético cuenta con cuatro idiomas oficiales.

Una bandera con la cruz suiza en la que se lee «Nosotros» en las cuatro lenguas oficiales suizas, en un balcón de Lausana. (Fabrice COFFRINI | AFP)
Una bandera con la cruz suiza en la que se lee «Nosotros» en las cuatro lenguas oficiales suizas, en un balcón de Lausana. (Fabrice COFFRINI | AFP)

La escritura inclusiva está avanzando en las instituciones, la prensa y las escuelas de Suiza frente a la reticencia de algunos organismos académicos que intentarán reunir suficientes firmas como para impulsar una votación sobre el tema, una iniciativa posible en virtud del sistema de democracia directa del país.

Convivir con diferentes lenguas es algo que suizas y suizos conocen bien y que forma parte de su identidad nacional ya que en el país se habla alemán, francés, italiano y romanche.

Desde los años 1990, el Gobierno federal se ha inclinado, siempre que se puede, por usar términos neutros. Pero en la gramática tradicional francesa, italiana y alemana, el plural masculino tiene preferencia sobre el femenino cuando se refiere a un conjunto de mujeres y hombres.

El resultado de las nuevas tendencias ha sido que últimamente se escriben las palabras con puntos y asteriscos que denotan al mismo tiempo una forma masculina, femenina y también dirigida a las personas no binarias. Para sus detractores, esto es un exceso y una manera de mutilar el lenguaje escrito y crear un enredo ilegible.

¿Una nueva gramática o un galimatías?

Por ejemplo, en textos oficiales en francés se suele usar el término ‘électorat’ (‘electorado’), en lugar de ‘les électeurs et les électrices’, formas masculina y femenina del plural, respectivamente. Pero ahora aparecen formas que utilizan, por ejemplo, ‘les electeur.rice.s’ –que en castellano vendría a ser ‘elector.a.s’–, que, según los detractores, convierten las frases en un galimatías.

Para dirigirse al conjunto de la ciudadanía, se ha llegado también a usar la palabra ‘citoyen·ne·x·s’ con el fin de incluir al masculino (la raíz ‘citoyen’ –‘ciudadano’–, al femenino (con la terminación ‘ne’) y a las personas no binarias (con la ‘x’ final).

Recientemente, el Ministerio de Educación del Estado francés prohibió tales formulaciones, mientras que en Suiza varios políticos, especialmente de derecha, están en campaña para eliminarlas también.

En alemán, la Cancillería Federal Suiza prohibió en junio el uso de asteriscos y otros signos tipográficos para incluir en la misma palabra el género masculino, femenino y a las personas no binarias.

Por ejemplo, para la palabra ‘ciudadanos’ (‘burgers’ en masculino y ‘burgerinnen’ en femenino) se estaba usando ‘burger*innen’ y ‘burger:innen’, para incluir también a las personas no binarias. Esto ha quedado eliminado con la nueva norma.

Un polémico «buenas noches» televisivo

El debate llegó al Parlamento, donde Benjamin Roduit, del Partido Demócrata Cristiano, presentó en marzo una moción para pedir a la Administración federal que respete las reglas de la lengua francesa «sin derogarlas en favor de la llamada escritura ‘inclusiva'».

Y, en los últimos meses, la televisión pública suiza en lengua francesa RTS avivó la disputa al sustituir el saludo ‘bonsoir à tous’ (‘buenas noches a todos’) por ‘bonsoir et bienvenue’, una forma neutral que se podría traducir como ‘buenas noches y les damos la bienvenida’.

Este cambio provocó la ira de la sección suiza del organismo de Defensa de la Lengua Francesa (DLF), cuyo presidente, Aurèle Challet, quiere convocar una convención nacional francófona y reunir firmas para realizar una votación pública sobre el tema.

Poner puntos entre las letras es «inconsistente, ineficaz, feo y no reportará nada a esta lucha legítima, que yo apoyo, sobre el papel de la mujer en la sociedad», puntualizó Challet.

Al mismo tiempo, deploró el uso de este tipo de escritura no solo en esferas oficiales, sino también en las escuelas, ya que las autoridades suizas pretenden introducir algunos elementos de lenguaje neutral cuando se renueven los libros de texto en los cantones francófonos en 2023.

«Todo gira alrededor de los hombres»

Pascal Gygax, un sicolingüista de la Universidad de Friburgo y autor del libro ‘¿El cerebro piensa en masculino?’, defiende la «refeminización» de la escritura, incluso en las aulas.

«Observamos una sociedad que empieza a darse cuenta del poder patriarcal, […] de que todo gira alrededor de los hombres: desde el patio del colegio hasta la manera de vestirnos o de hablar. La cuestión del lenguaje forma parte de un movimiento que busca más igualdad», opina.

Para Janna Kraus, de la organización Transgender Network Switzerland (TGNS), «la existencia de personas que no son ni hombres ni mujeres no es un tema de discusión, es un hecho social y científico y no tiene sentido disfrazarlo lingüísticamente».