NAIZ
Ginebra

¿Cómo y por qué la Organización Meteorológica Mundial valida los récords de temperatura?

Las olas de calor, los incendios... o los récords de temperatura ponen en peligro el planeta y nuestra salud, independientemente de que estén aprobados o no por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Entonces, ¿por qué es necesario certificarlos?

La temperatura máxima registrada en el planeta validada por la OMM se observó en Furnace Creek (California), en el Valle de la Muerte, el 10 de julio de 1913, cuando el termómetro marcó 56,7° C.
La temperatura máxima registrada en el planeta validada por la OMM se observó en Furnace Creek (California), en el Valle de la Muerte, el 10 de julio de 1913, cuando el termómetro marcó 56,7° C.

Aunque estamos acostumbrados a conocer sin demora las temperaturas máximas y mínimas registradas cada día en los boletines nocturnos que emiten las cadenas de televisión o radio, lo cierto es que esos datos no tienen el respaldo oficial de las agencias meteorológicas locales ni internacionales, que realizan una serie de comprobaciones antes de convalidarlas.

En este artículo distribuido por AFP se explica cómo y por qué la Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia de la ONU con sede en Ginebra, valida los valores de temperatura registrados a lo largo y ancho del planeta.

Meses de evaluación

Homologar un récord de calor generalmente toma varios meses. La OMM contacta primero con el servicio meteorológico del estado concernido y con la organización específica que registró el supuesto récord para obtener los datos y los detalles de la ubicación exacta de la observación, el tipo de equipo empleado y las condiciones meteorológicas regionales.

Tras una primera evaluación de la Comisión de Climatología de la OMM y del Relator de la OMM para el Tiempo y los Extremos Climáticos, Randall Cerveny, del valor medido y la información que lo acompañan, un comité de científicos atmosféricos revisa los datos.

Luego se da una sentencia definitiva. Hasta ahora «ninguna de las conclusiones del comité ha sido anulada», indica Cerveny a AFP.

Un registro que data de 2007

Tras escuchar a periodistas decir que Katrina –que inundó Nueva Orleans y dejó 1.800 muertos en agosto de 2005– era «el peor huracán de todos los tiempos», Cerveny, que sabía que 1970 un ciclón mató al menos 300.000 personas en una región del actual Bangladesh, publicó un documento científico en 2006 en el que pedía la creación de una base de datos mundial y oficial de récords.

La OMM solicitó entonces a este científico atmosférico y profesor de geografía en la Universidad Estatal de Arizona que creara en 2007 una base de datos para mantener registros mundiales, hemisféricos y regionales de una serie de condiciones meteorológicas extremas (temperatura, precipitaciones, ráfagas de viento, altura de las olas, duración de los rayos, etc.) y el número de muertes relacionadas con esos fenómenos.

Medir el cambio climático

Prácticamente, cada día nos desayunamos con este tipo de titulares: ‘Europa debe prepararse para temperaturas superiores a los 50 grados’, como advirtió recientemente Bob Stefanski, jefe de los servicios climáticos aplicados de la OMM. Y, según el último informe de los expertos en clima de la ONU (IPCC), el clima está cambiando más rápido de lo que se temía.

Precisamente, la razón más importante de querer homologar los récords es determinar con precisión la magnitud y el ritmo de cambio climático, subraya la OMM.

«Conocer los extremos meteorológicos y climáticos es también muy importante para los sectores de la salud y la ingeniería», comenta Cerveny en un boletín de la agencia.

Avanzar en el conocimiento científico y evitar la exageración mediática sobre los fenómenos climáticos son otras razones para contar con un registro internacional fiable.

Récord revisado

La OMM también puede revisar récords anteriores a 2007. El caso más conocido es la investigación en 2011 del récord mundial de calor de 58° C medido en 1922 en El Azizia, en la actual Libia. Fue invalidado debido a un error en la lectura por parte de un «observador nuevo e inexperto».

Desde entonces, es la estación estadounidense de Furnace Creek (California), en el Valle de la Muerte, la que ostenta el récord mundial de calor, registrado el 10 de julio de 1913, con 56,7° C.

La temperatura más baja jamás registrada en la Tierra (-89,2° C) corresponde a la jornada del 21 de julio de 1983 en la estación Vostok de la Antártida.

Recientemente, a principios de julio de este año, la OMM validó un récord de temperatura máxima para la región antártida (18,3° C, en territorio de Argentina en 2020), muy afectada por el calentamiento global, pero rechazó otro aún más alto notificado el mismo año en una estación brasileña de vigilancia automática del permafrost en la isla Seymour.