Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea / Redactor especializado en internacional

El ISIS en Afganistán, un molesto y sanguinario rival de los talibanes

La reivindicación por parte del ISIS del sangriento atentado suicida en el aeropuerto de Kabul lleva a primer plano a la sección afgano-paquistaní de la organización yihadista mundial. ¿Quiénes son, cuál es el origen y el siniestro futuro del autoproclamado Estado Islámico de Jorasán?

Un talibán custodia una de las zonas de los atentados de este jueves. (Wakil KOSHAR | AFP)
Un talibán custodia una de las zonas de los atentados de este jueves. (Wakil KOSHAR | AFP)

Tras la proclamación por el Estado Islámico (ISIS) del califato entre Irak y Siria en 2014, antiguos miembros de Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP, talibanes paquistaníes) proclaman su obediencia al líder y califa Abou Bakr al-Baghdadi.

A principios de 2015 se les suman talibanes afganos que desertan decepcionados por el curso de la larga guerra contra los ocupantes estadounidenses y por la crisis interna de la organización rigorista, en plena caza de sus máximos dirigentes por parte de EEUU y noqueada al conocer que su líder espiritual, el mulah Omar, había fallecido de enfermedad  años antes.

El ISIS reconoce oficialmente la creación de su provincia (Wilaya) de Jorasán, en el este de Afganistán.

Jorasán es el antiguo nombre con el que se conocía una vasta región que englobaba a partes de  lo que actualmente son Afganistán, Pakistán, Irán y Asia Central.

El Estado Islámico de la Wilaya de Jorasán (ISJW) establece su cabeza de puente en el distrito montañoso de Achin, en la provincia oriental de Nangahrar –no lejos de Kabul–,  la única donde se implantará de forma duradera junto con la vecina provincia de Kunar.

Más allá, el grupo solo logrará formar células durmientes en otras provincias, sobre todo en la capital y en Pakistán.

Las últimas estimaciones sobre sus efectivos varían de un mínimo de 500 a varios miles de combatientes, según un informe publicado en julio por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Tipología de sus ataques

El ISJW ha reivindicado los ataques más mortíferos perpetrados estos años en Afganistán y Pakistán. Ha masacrado a civiles en hospitales, mezquitas y lugares públicos.

El grupo, rigorista suní, tiene entre sus principales objetivos a los chiíes afganos de la etnia hazara (centro del país), al considerarlos heréticos.  

En mayo de 2020, un atentado contra la maternidad de un barrio de mayoría hazara en Kabul dejó un saldo de 25 muertes, entre ellas de 16 mujeres y bebés.

En las provincias donde ha logrado implantarse, su presencia ha dejado heridas profundas. Sus hombres han masacrado, decapitado, torturado y aterrorizado a los aldeanos, dejando minas por doquier.

Relaciones con los talibanes

Aunque ISIS y talibanes se inscriben ambos en el rigorismo milenarista suní, mantienen divergencias tanto en materia teológica como estratégica y compiten para liderar la yihad.

El ISJW no duda en tildar a los talibanes de «apóstatas».

Los talibanes no perdonan a un grupo surgido de entre sus disidentes y han impedido a sangre y fuego que el ISIS se extienda en territorio afgano, lo que sí logró con éxito en Irak y Siria.

Un oficial ruso aseguraba que los talibanes se vanaglorian de no hacer prisioneros entre los combatientes y sospechosos de pertenecer al ISJW.

En 2019, el hoy disuelto Ejército afgano anunció que había acabado con el ISIS en la provincia de Nangahrar tras unas operaciones conjuntas con EEUU.

Según Washington y la ONU, desde entonces el grupo opera a través de sus células durmientes en las ciudades, con atentados muy mediáticos.

Ante la victoria talibán

El ISJW se mostró muy crítico con el acuerdo de retirada negociado en febrero de 2020 entre EEUU y los talibanes y acusó a estos últimos de renegar de la causa yihadista.  

Desde su regreso a Kabul y la toma del poder el 15 de agosto, los talibanes han recibido las felicitaciones de muchos grupos yihadistas, no así las del ISIS. Lo que no es óbice para que este grupo pueda beneficiarse del desastre afgano. Solo en el último año ha multiplicado por siete sus ataques y atentados.

Los expertos auguran que Afganistán podría convertirse en una de las provincias con mas posibilidades de desarrollo para el ISIS y comparan el desmoronamiento del Ejército afgano, armado por EEUU, con lo que ocurrió en Irak en 2011.

La diferencia es que el ISJW tiene un freno en la determinación de los talibanes para acabar con el grupo, tanto por la rivalidad por la preeminencia yihadista entre el ISIS y Al Qaeda, esta última su aliada histórica, como porque con ello podrían ganar cierta credibilidad en el ámbito internacional.