Joe Biden ha comparecido en la Casa Blanca un día después de la retirada completa de las tropas estadounidenses de Afganistán tras veinte años de guerra, para defender su decisión pese a la lluvia de críticas internas y en la comunidad internacional por ser apresurada y sin planes de contingencia.
«Salir el 31 de agosto no se debía a que fuera una fecha final arbitraria, fue diseñada para salvar vidas», ha defendido el presidente de EEUU, para añadir que «no quería extender una guerra para siempre». Por eso, ha asegurado que solo había una «verdadera decisión: retirarse o aumentar» la presencia militar.
Según su lectura, la decisión de retirarse de Afganistán se fundamenta en que «todo ha cambiado», en referencia a los acordado por su predecesor, Dondald Trump, con los talibán.
La guerra en Afganistán «ya no estaba al servicio de los intereses nacionales» estadounidenses. «Hemos sido una nación en guerra durante demasiado tiempo», ha lamentado.
«La obligación fundamental de un presidente, en mi opinión, es defender y proteger a Estados Unidos. No contra las amenazas de 2001 sino contra las amenazas de 2021 y mañana. Ese es el principio rector detrás de mis decisiones sobre Afganistán», ha insistido en respuesta a las críticas que ha recibido sobre su gestión de la crisis afgana. Además, ha recordado su promesa electoral de poner fin a esta guerra, señalando que la ha cumplido.
«Anoche en Kabul Estados Unidos puso fin a 20 años de guerra en Afganistán. La guerra más larga en la historia estadounidense», ha afirmado el mandatario, quien ha calificado las evacuaciones aéreas como las «más grandes de la historia, con más de 120.000 personas evacuadas a lugares seguros».
Las evacuaciones, «un éxito»
Respecto a las críticas que ha recibido Washington sobre la misión de evacuación, Biden ha indicado que está «respetuosamente en desacuerdo»con quienes aseguran que se habría podido iniciar antes o que se ha llevado a cabo «de manera desordenada».
En este sentido, el presidente estadounidense ha asumido «la responsabilidad de la decisión» sobre la retirada, aunque ha incidido en que «la conclusión es que no hay evacuación en el final de una guerra que se pueda ejecutar sin el tipo de complejidades, desafíos y amenazas» que han enfrentado.
Ha asegurado que «el 90% de los estadounidenses en Afganistán que querían irse han podido hacerlo», mientras que la Casa Blanca calcula que existen unos 100 o 200 ciudadanos de Estados Unidos que siguen en territorio afgano, y para los que «no hay fecha límite», ha indicado el presidente, ya que «seguimos comprometidos a sacarlos si quieren salir».
Finalmente, Biden ha vuelto a insistir en la idea de que, a pesar de que Estados Unidos ha retirado toda presencia militar de Afganistán, seguirá trabajando por hacer cumplir a los talibán los compromisos en materia de una salida segura de la nación centroasiática, permitiendo «una marcha continua de aquellos que quieran irse» y de los que quieran «entregar asistencia humanitaria al pueblo de Afganistán».
«Continuaremos apoyando al pueblo afgano a través de la diplomacia y el compromiso», ha dicho.