La lúcida y comprometida mirada de Alfonso Sastre se ha apagado este viernes, a los 95 años de edad. Ha fallecido en Hondarribia, donde ha residido todos estos últimos años.
Sastre nació en Madrid, el 20 de febrero de 1926, y allí desarrolló desde su juventud una intensa actividad literaria, con preeminencia de obras de teatro, pero sin descuidar su faceta ensayística. En ambos campos, al igual que en la poesía y la narrativa, que también cultivó, late desde el principio una profunda inquietud social, que en el contexto de la época se convierte inevitablemente en protesta antifranquista.
Sin embargo, ha sido en Euskal Herria donde se asentó definitivamente y desarrolló toda su calidad humana y su compromiso político, convirtiéndose en una referencia de lucha y en una voz que nunca calló ante la injusticia.
La noticia la ha hecho pública Abotsanitz, la formación de Hondarribia con la que ha colaborado en estos últimos años Sastre.
Literatura izan zenuen lan tresna eta iraultzarako arma, eta letren bitartez bilakatu zinen borrokan, askatasunean, elkartasunean, internazionalismoan eta zintzotasunean erreferente eta maisu.
— Abotsanitz (@Abotsanitz) September 17, 2021
Beti gurekin, Alfonso Sastre
Eva Forest y sus primeros pasos
«Hasta siempre, amigos. Hasta todos los días que vengan a partir de ahora a estos territorios de angustia y de esperanza. Allí estaremos. Ahí nos encontraremos siempre, en las nuevas batallas por la emergencia de un nuevo mundo. Este es el campo de la praxis; aunque hoy yo me encuentro más bien en el de los poetas que exclamaron: ‘¡Hay golpes en la vida tan fuertes! ¡Yo no sé!’ o ‘y el hombre, ¡pobre!, ¡pobre!’ (César Vallejo), o: ‘un empujón brutal te ha derribado!’ (Miguel Hernández), o ‘¡Qué dignos de piedad son los hombres!’ (Strindberg, El sueño). Etcétera. Dejemos esto, camaradas. Vamos a continuar nuestra lucha, y que al Dios de la Biblia y a esa mierda de Némesis le den definitivamente por culo, aunque nosotros perezcamos -ya estamos pereciendo, porque Dios nos hizo, como Sartre escribió, mortales- siendo así, ese cabrón de Dios (recordad Las moscas,) el primer asesino de la historia».
Son palabras de Alfonso Sastre, pronunciadas a la muerte de su compañera, Eva Forest, en 2007. Desde la lucidez y la sabiduría, Alfonso, que a su vez nos ha dejado ahora, añadía estas palabras: «Hace ya un montón de años que estoy presentando en mis escritos la vida humana como un complejo de praxis y agonía, y no voy a extrañarme ahora de estar viviendo un momento agónico. ¡A ver si es que se va a morir todo el mundo menos nosotros! Hoy, el aluvión de los testimonios de solidaridad y de dolor en que vivimos me impide abrazaros a todas las gentes que desde distintos niveles de intimidad y de fraternidad nos estáis enviando las palabras de vuestro corazón. Aquí tengo desde testimonios de amigos de toda mi vida, que lloran conmigo, con nosotros, hasta la voz de nuestros últimos compañeros del pueblo vasco en el que hemos sido muy felices».
Con el grupo ‘Arte Nuevo’, que cofundó en 1945, Sastre da a la luz sus primeros trabajos para el teatro. Su primer gran éxito es ‘Escuadra hacia la muerte’, drama en dos actos estrenado el 18 de marzo de 1953, prohibido a la tercera representación e interpretado por el Teatro Popular Universitario, donde un grupo de soldados se encuentra castigado en una Tercera Guerra Mundial y se subleva asesinando al cabo; Es 1953 Sastre ya ha concluido sus estudios de Filosofía y Letras. Las prohibiciones llegarán una tras otra, pero Alfonso no flaquea y continúa produciendo una obra de denuncia. A finales de los 50 incursiona en el mundo del cine, con guiones para José María Forqué y Juan Antonio Bardem.
Viaje a Cuba
‘La sangre y la ceniza’ se escribe entre 1962 y 1965 y se edita en italiano y francés antes que en castellano (1976). ‘La taberna fantástica’ (1968, pero estrenada el 23 de septiembre de 1985) trata, con apariencia de sainete, el tema del lumpen y la marginalidad.
En 1971 Sastre escribe ‘Askatasuna!’ y un año después viaja a Cuba y Cagliari, donde se representan sus obras editadas dos años más tarde en francés. De aquella época proviene su simpatía por la revolución cubana, que se ha mantenido en el tiempo.
En pleno franquismo, Sastre sostuvo una notoria polémica con Antonio Buero Vallejo sobre el modo de luchar con el teatro para cambiar la sociedad durante la dictadura; mientras que Buero defendía el posibilismo, es decir, aprovechar cualquier resquicio que permitiera la férrea censura franquista para intentar cambiarla desde dentro, Sastre consideraba que esta actitud era una claudicación y optó por un teatro radical que apenas encontró forma de poderse representar, debido a la presión de la censura y las dificultades que ponían los empresarios teatrales.
En 1978 terminó la ‘Tragicomedia fantástica de la gitana Celestina’, publicada en italiano en 1979 y en español en 1982. ‘El viaje infinito de Sancho Panza’ (1984) reelabora las dos partes de Don Quijote: Sancho intentó ahorcarse al morir su amo; ha ingresado en un manicomio, cuyo siniestro Doctor narra cómo convenció a don Quijote para buscar aventuras por los campos de La Mancha. Escribe ‘Jenofa Juncal, la roja gitana del monte Jaizkibel’ y ‘Los últimos días de Emmanuel Kant contados por Ernesto Teodoro Amadeo Hoffmann’, estrenada ésta última en febrero de 1990. En 1997 escribió Alfonso Sastre se suicida y en 2001 Drama titulado No. En 1993 recibió el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Literatura Dramática.
En cuanto a narrativa y poesía, en el primer campo cuenta, por citar sólo algunas de sus obras, con ‘El Paralelo 38’ (1964), ‘Las noches lúgubres’ (1963), ‘El lugar del crimen’ (1982), o ‘Historias de California’, publicada ya en Hondarribia en 1986 por medio de la editorial Hiru, que fundara junto a su compañera Eva. En poesía, deben citarse ‘Balada de la cárcel de Carabanchel y otros poemas celulares’ (París, 1976), ‘El Evangelio de Drácula’ (1976), ‘El español al alcance de todos’ (1978), ‘Vida del hombre invisible contada por él mismo’ (1994), y ‘Obra lírica y doméstica’.
Actividad política
No se puede trazar la figura de Alfonso Sastre limitándose a su obra dramática y literaria. Su otra cara, indivisible como el anverso y el reverso de una mano, la constituye su incansable actividad política.
Durante el franquismo, Sastre militó el Partido Comunista de España, que abandonaría a principios de la década de los 70 por su deriva reformista. En 1956 fue encarcelado por su participación en las protestas universitarias contra la dictadura. Durante los últimos años de la dictadura, Eva fue detenida el 16 de septiembre de 1974 por su presunta implicación en el atentado de la calle Correo, que dejó doce muertos. Tras ser encarcelada, Sastre se presentó en el juzgado, siendo encarcelado y procesado. Pasó ocho meses y medio en prisión antes de ser puesto en libertad provisional, y finalmente la causa fue sobreseída. En 1975 se estableció en Burdeos, donde permaneció año y medio, antes de ser expulsado por las autoridades francesas.
Tras la puesta en libertad de Eva, que permaneció en prisión preventiva tres años, hasta que fue excarcelada en junio de 1977 y definitivamente exonerada gracias a la Ley de Amnistía de dicho año, el matrimonio se instaló en Hondarribia, donde la familia ha vivido desde entonces. Desde su establecimiento en Euskal Herria, la actividad política de Alfonso y Eva se desarrolló en el marco de la izquierda abertzale, no sin sobresaltos, como la detención que sufrieron en 1980 acusados de dar refugio a un comando de ETA.
Izquierda abertzale
Alfonso se implicó a fondo en la izquierda abertzale, hasta el punto de que en las elecciones al Parlamento Europeo de 1994 fue candidato por Herri Batasuna, promotor y candidato de Euskal Herritarrok (EH) para las elecciones al Parlamento de Gasteiz por Gipuzkoa en 1998, y en 1999 lo fue para las elecciones al Parlamento Europeo. También fue uno de los firmantes de apoyo a una iniciativa a favor de los derechos de los presos vascos en 2000 y autor en 2002, junto con Eva, de un documento contra la ilegalización de Batasuna.
Igualmente fue promotor de la candidatura Herritarren Zerrenda (anulada por los tribunales españoles) para las elecciones al Parlamento Europeo de 2004. En 2008 fue candidato por ANV en las elecciones generales al Senado, candidatura que igualmente anuló el Tribunal Supremo. Por último, en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009 fue cabeza de lista de la candidatura Iniciativa Internacionalista.
En los últimos años lógicamente su actividad pública había ido decayendo por cuestiones de edad, pero su impronta ha permanecido y su legado nunca morirá.