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Preocupación por la apertura del primer campamento de refugiados cerrado en Grecia

El Gobierno griego ha inaugurado hoy en la isla  de Samos, cerca de las costas de Turquía, el primer campamento de refugiados «cerrado y con los accesos controlados», una modalidad que preocupa a las asociaciones defensoras de derechos humanos y que ha sido financiado por la UE.

Vista parcial del nuevo campo de refugiados en Vathí, en la isla griega de Samos. (Louisa GOULIAMAKI / AFP)
Vista parcial del nuevo campo de refugiados en Vathí, en la isla griega de Samos. (Louisa GOULIAMAKI / AFP)

Grecia ha inaugurado un nuevo campamento de refugiados, ubicado en la isla de Samos y con capacidad para 3.000 personas. Se trata del primero de los cinco con vigilancia reforzada y asilados de la población local que el Gobierno va a construir en las islas del Egeo con financiación de la Unión Europea (UE).

Las instalaciones, rodeadas de altas vallas de alambre de púas, están ubicadas a unos cinco kilómetros del antiguo campo de refugiados temporal de la localidad de Vathí, en la isla de Itaca.

Samos se ha convertido así en la primera isla griega en tener lo que las autoridades llaman un «centro cerrado con acceso controlado». Ya se han planeado instalaciones similares para Lesbos y Quíos.

De acuerdo con la prensa griega, las personas están autorizadas a dejar el campo entre las 08.00 y las 20.00 horas todos los días, excepto aquellas cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas y, como consecuencia, esperan ser devueltos a Turquía en virtud del pacto migratorio suscrito entre Ankara y la UE. Y quienes no lleguen antes de la hora de cierre podrán sufrir medidas disciplinarias.

Las instalaciones han sido diseñadas como una prisión, estarán controladas por decenas de agentes de policía y seguridad privados y todas las personas alojadas contarán con un pase electrónico, lo que significa que nadie más puede acceder a ellas.

«Buenas condiciones de vida y seguridad»

«El Gobierno está abordando el asunto de la migración, como prometimos a los ciudadanos», se ha congratulado el ministro griego de Migración, Notis Mitsarakis.

«Había 10.500 migrantes llegando a Samos hace tan sólo dos años y, hasta este momento, este año han sido 111», ha explicado, antes de destacar que en el nuevo campamento los refugiados y migrantes tendrán «buenas condiciones de vida y seguridad».

«El nuevo centro controlado y cerrado ofrece condiciones de vida mucho mejores. Está fuera del tejido urbano y se han incrementado las medidas de seguridad para proteger a los beneficiarios, los trabajadores pero, también, a las comunidades locales», ha dicho.

De forma paralela, ha subrayado que Grecia ya no es una puerta de entrada de la inmigración ilegal hacia la UE.

Inquietud en la ONU y ONG

Organizaciones humanitarias ya han criticado el nuevo campamento, que se ha financiado también con fondos procedentes de la Unión Europea.

Una docena de ellas, incluida Amnistía Internacional, han criticado a Grecia por continuar con «sus políticas nocivas basadas en impedir (desplazamientos) y contener a refugiados y solicitantes de asilo».

«Unicamente podemos ayudar a nuestros pacientes a sobrevivir», ha señalado Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado.

Unas 45 ONG y asociaciones han exigido a la Unión Europea y al ejecutivo griego que abandonen su objetivo de restringir los movimientos de los residentes del centro.

El hecho de que se hable de centros «cerrados» resulta «preocupante», ha afirmado Mireille Girard, representante de Acnur en Grecia.

«La posición de Acnur es que los solicitantes de asilo necesitan protección. No son criminales ni un peligro para la comunidad, sino personas que necesitan ayuda. Consideramos que los campos deberían ser abiertos. El Gobierno nos aseguró que así será», ha subrayado.