Al final, el director, Fernando León de Aranoa, el productor, Jaume Roures, y los actores, Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor y Óscar de la Fuente, consiguen entrar y comentar algunos aspectos de la producción.
Abre el fuego, cómo no, Jaume Roures, «el jefe de todo esto», quien habla de la extensa relación que le ha ligado a Fernando León de Aranoa: «Ha pasado mucho tiempo desde que nos juntáramos por primera vez. Fue un paso natural para ambos porque nuestros parámetros de creación van muy en paralelo, y nuestras intenciones, claro. De hecho, cuando volvemos a juntar fuerzas, lo hacemos al grito de «Vamos a ver qué hacemos para molestar». Es un gran artista, y un amigo, él ha visto crecer a mis hijos, él a mi hija. Él tiene más canas, a mí no me queda pelo, pero aún nos queda fuerza para continuar».
El director madrileño toma la palabra y habla del espíritu de esta nueva producción: «El humor es la mejor manera de acercarse a cualquier tema. Me encanta mirar y entenderlo todo a través de este prisma. De hecho, siento que en todas mis demás historias siempre he tenido la tentación de recurrir a esta actitud, pero normalmente he tenido que frenarme. Para ‘El buen patrón’ decidí no hacerlo».
Sigue desarrollando este punto: «Sabía que quería hacer una película sobre la mezcla entre las relaciones laborales y las personales. Esto, en el actual y desesperante panorama de la precarización, solo podía afrontarlo con mucho humor, esa herramienta para exorcizar males. De hecho, admito que hay algo de pequeño ajuste de cuentas en algunos gags: he entendido que poniéndonos serios no nos aclaramos… pues entonces, a ver si riéndonos sí lo entendemos».
Javier Bardem nos habla de la experiencia de volver a trabajar con León de Aranoa: «Siempre es un placer trabajar con él. Tiene una escritura muy fina y honda, te lo da todo hecho. Hacer cine con él casi parece un juego de niños. En este sentido, debo decir que todo lo que veis en pantalla es el resultado directo de la mente enferma de Fernando», dice entre risas, «yo simplemente ejecuto su voluntad».
Y sigue, dándonos más claves del oficio interpretativo, una profesión que a veces le pide ponerse en la piel de alguien a quien posiblemente detestaría en la vida real: «Imagino que tengo algo del personaje, por mucho que crea que me sitúo en sus antípodas. Un actor tiene que trabajar con lo que conoce, para abrazar la posibilidad de ser otra persona. El actor está obligado a verse desde otros puntos de vista para empatizar con aquello que encarna. El juicio al personaje no ayuda a la interpretación: esta es la parte divertida y didáctica del oficio, hace que se amplíen las miras. En el caso del Sr. Blanco [protagonista de ‘El buen patrón’], a veces me parece un personaje muy difícil de defender, y otras admirable… el morro que tiene».
Fernando León de Aranoa retoma la palabra: «No pretendía tocar todos los palos, esto es imposible. Las películas como la que hemos hecho tienen un punto de ensayo detrás, pero para nada deben ser un tratado. También hay que intentar que haya emoción, que la gente se vaya metiendo en la historia. En este caso, quería incidir mucho en las relaciones verticales… pero también en las horizontes. Allí ves que no prima la solidaridad, ni el compañerismo… hay mucho egoísmo, poca empatía».
Ahí, el recorrido que se puede trazar entre esta propuesta y ‘Los lunes al sol’ (que contaba prácticamente con el mismo equipo artístico) es evidentemente uno de los temas más comentados en la rueda de prensa. Sigue León de Aranoa: «En ‘Los lunes al sol’ había sentimiento de pertenencia a una clase, que por supuesto me parece algo muy positivo, pues cuando tienes problemas, ahí tienes un apoyo íntimo y colectivo. Desgraciadamente, creo que esto ya no existe, ya no sientes que perteneces a algo más grande. Es algo muy doloroso, y de ahí, una vez más, el humor con el que necesito abordarlo».
Preguntado sobre las influencias en su cine, el director y guionista responde: «Todo lo que he visto en mi vida influye. No solo el cine político, también el comercial. El cine político, por cierto, puede ser bueno y malo, el hecho de tener una carga social no garantiza la calidad del producto. Es por esto que me encanta el cine italiano de los 70 y 80, especialmente el de Ettore Escola, tenía un humor y una acidez a la hora de retratar la realidad, que siempre he intentado reproducir en mis trabajos».
Por último, tanto él como Javier Bardem nos dan su visión sobre el triunfo, esa quimera en ‘El buen patrón’: «Alcanzar cualquier forma de éxito tiene que ser tratando bien a los demás, de forma honesta, sin hacer daño a nadie. En la conquista del éxito profesional hay muchas ocasiones en las que puede surgir la tentación del abuso de poder, ¿pero entonces se puede hablar de éxito? Si no eres bueno con el prójimo, consideramos que no».