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Simone Biles asegura que «no debería haber vuelto a formar parte del equipo olímpico»

Simone Biles se ha sincerado en la revista New York, en una entrevista profunda en la que analiza su propia salud mental y su renuncia durante los Juegos Olímpicos de Tokio. La gimnasta estadounidense reveló en 2016 que había sido víctima de abusos sexuales de Larry Nassar, médico de la selección. 

Simone Biles presta declaración ante el Comité Judicial del Senado de EEUU. (Saul LOEB / AFP)
Simone Biles presta declaración ante el Comité Judicial del Senado de EEUU. (Saul LOEB / AFP)

«Solo quiero que un médico me diga cuándo voy a superar esto», ha afirmado la gimnasta estadounidense Simone Biles, en terapia tras retirarse de la competición por problemas psicológicos durante los pasados Juegos de Tokio, a los que, admite, debería «haber renunciado».

«Te operan y se arregla. ¿Por qué no puede alguien decirme que en seis meses esto se habrá acabado?», se pregunta sobre su propia salud mental en una entrevista concedida a la web de la revista 'New York', la cual titula "Simone Biles se eligió a sí misma".

Biles, que actualmente participa en una gira de exhibición pero que no ha retomado los entrenamientos, aventura que «probablemente» tendrá que lidiar con sus problemas «durante 20 años».

«No importa cuánto intento olvidar. Es un trabajo continuo», añade.

Simone Biles, ganadora de cinco medallas olímpicas en los Juegos de Río 2016, reveló meses más tarde que había sido una de las víctimas de abusos sexuales de Larry Nassar, el médico de la selección estadounidense.

Hace unas semanas, la propia Biles junto a otras tres gimnastas olímpicas que sufrieron los abusos de Nassar –McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisman– prestó declaraciones ante el Comité Judicial del Senado de EEUU, que quiere aclarar el controvertido papel del FBI en la investigación del caso, y afirmó que «un sistema entero permitió y perpetró» esos abusos contra ella y cientos de jóvenes.

«Si miras a todo lo que he pasado en los últimos siete años, no debería haber vuelto a formar parte del equipo olímpico», dice sobre su participación en los Juegos de Tokio. «Debería haber renunciado mucho antes, cuando Larry Nassar estuvo en los medios de comunicación durante dos años. Era demasiado. Pero no iba a dejar que se llevara algo por lo que he trabajado desde que tenía 6 años. No iba a dejar que me quitara esa alegría. Así que lo superé en la medida en que mi mente y mi cuerpo me lo permitieron».

Tokio, punto de inflexión

Sin embargo, cuando llegó a Japón su deseo pasó «de querer estar en un podio a querer volver a casa».

«En los momentos previos, me puse cada vez más nerviosa», dice. «No me sentía tan segura como debía con todo el entrenamiento que llevábamos», afirma.

Biles participó en Tokio en la ronda de clasificación, pero se retiró en la final por equipos tras hacer solo el ejercicio de salto, en el que sufrió un episodio de desconexión entre mente y cuerpo; es lo que se conoce en el lenguaje gimnástico como 'twisties'.

«Fue un milagro que cayese de pie. Cualquier otra persona habría salido en camilla. En cuanto aterricé en ese salto, fui y le dije a mi entrenador: "No puedo continuar"», recuerda.

Tras saltarse en los días sucesivos las finales individual, de suelo, salto y asimétricas, participó en la de barra con un ejercicio modificado con el que ganó la medalla de bronce.

«No estaba físicamente capacitada», señala en la entrevista. «Cada vez que lo intentábamos, mi cuerpo decía: "Simone, cálmate. Siéntate. No lo vamos a hacer". Y eso nunca lo había experimentado».

La gimnasta compara su incapacidad física para hacer ahora sus piruetas con una pérdida de visión.

«Una mañana te levantas y no ves una mierda, pero la gente te dice que sigas y hagas tu trabajo diario como si todavía tuvieras visión. Estarías perdido, ¿no? Llevo 18 años haciendo gimnasia. Me desperté y lo había perdido. ¿Cómo se supone que voy a seguir con mi día?», se pregunta.

Biles expresa su deseo de que todo fuera tan fácil como un cambio de pilas: «Dónde están las pilas? ¿Podemos volver a ponerlas? ¿Podemos irnos?»