NAIZ

El Pentágono reconoce que la salida de Afganistán fue un «fracaso estratégico»

El general Mark Milley destacó este martes que «los resultados en una guerra como esta, un fracaso estratégico, son fruto de una acumulación de hechos durante veinte años, no de 20 días. Hay una gran cantidad de lecciones estratégicas, operativas y tácticas que deben aprenderse».

El general Mark MIlley ante el comité del Senado. (Mandel NGAN/AFP)
El general Mark MIlley ante el comité del Senado. (Mandel NGAN/AFP)

El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, reconoció este martes que la retirada de Afganistán fue un «fracaso estratégico», aunque precisó que no se ha llegado a esta situación tras una gestión de veinte días, sino por los «efectos de veinte años» de guerra.

«Ha habido cuatro presidentes, veinte comandantes, siete u ocho jefe del Estado Mayor Conjunto, docenas de secretarios de Defensa (...) y resultados como este no están determinados por los últimos cinco o veinte días, o por el último año», apuntó Milley en su comparecencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado.

«Los resultados en una guerra como esta, un fracaso estratégico, son fruto de una acumulación de hechos durante veinte años, no de 20 días. Hay una gran cantidad de lecciones estratégicas, operativas y tácticas que deben aprenderse», ha explicado.

El general también puso de manifiesto que desde finales de 2020 aconsejó tanto a la Administración del expresidente Donald Trump como a la actual del presidente, Joe Biden, que llevar a cabo «una retirada acelerada» podría poner en riesgo los logros cosechados en Afganistán, así como suponer un «daño» a la credibilidad mundial de Estados Unidos y el «colapso del gobierno afgano».

En este sentido, recordó que en sus recomendaciones señalaba que Washington debería mantener 2.500 soldados estadounidenses en Afganistán. Una afirmación que entra en conflicto con afirmaciones de Biden, quien en agosto manifestó que los asesores militares no le habían aconsejado dejar tropas en el país después de la retirada, recoge la cadena estadounidense CNN.

17 días de evacuación

Milley compareció este martes junto al resto de los principales responsables jerárquicos del Pentágono, el secretario de Defensa, Lloyd Austin y el general del Comando Central de Estados Unidos, Frank McKenzie, para responder por primera vez a las preguntas del Congreso después de la caótica y apresurada salida de Afganistán tras la llegada en agosto de los talibán.

Austin reconoció que la retirada «no fue perfecta», pero ha pedido mantener en perspectiva que se trató del «puente aéreo más grande llevado a cabo en la historia de Estados Unidos y se hizo en 17 días».

«Sacamos a tanta gente tan rápidamente de Kabul que nos encontramos con problemas de capacidad y gestión en otras bases fuera de Afganistán», explicó Austin, quien a pesar de todo insistió en que las tropas estaban preparadas y que si bien fue «un fracaso estratégico» también fue un «éxito logístico».

El secretario de Defensa remarcó que mientras desde el Pentágono se estimaba que entre 70.000 y 80.000 personas podrían haber sido evacuadas por estas fechas desde el Aeropuerto Hamid Karzai de Kabul, finalmente el Ejército pudo sacar del país a más de 124.000 personas, unas 7.000 al día, en aviones que en ocasiones lograban despegar cada 45 minutos.

En este sentido, resaltó que el proceso de evacuación se llevó a cabo ante múltiples desafíos, como principal, la «amenaza terrorista activa, creíble y letal». «Operamos en un entorno profundamente peligroso. Resultó una lección de pragmatismo y profesionalismo», reivindicó.

Al respecto, el secretario defendió el no haber utilizado el aeródromo de Bagram para la evacuación, ya que este espacio, alejado de Kabul, hubiese requerido «poner en peligro» a al menos 5.000 soldados estadounidenses.

«Quedarse en Bagram, incluso con fines antiterroristas, significaba permanecer en guerra en Afganistán», añadió antes de incidir en que el colapso del Gobierno afgano «tomó a todos por sorpresa».

«Ayudamos a construir un estado, pero no pudimos forjar una nación», dijoel jefe del Pentágono, quien a su vez lamentó que las tropas afganas, tras ser entrenadas, se «desvaneciesen», sin siquiera disparar «un solo tiro».

El ataque contra civiles, un «error»

Por su parte, el comandante McKenzie asumió toda la responsabilidad del ataque que a finales de agosto acabó con la vida de once civiles, entre ellos siete niños, cuando un avión no tripulado del Ejército de Estados Unidos bombardeó un complejo residencial de Kabul.

«El asunto está bajo investigación, pero lo que puedo decirles, y para reafirmar algunas de las cosas que dije antes, soy responsable de aquello. Ocurrió en mi área de responsabilidad, así que soy el oficial responsable del ataque», insistió McKenzie durante su turno de palabra.

«No estaba bajo presión y nadie bajo mi cadena de mando lo estaba. Actuamos basándonos en la lectura de los informes y de las investigaciones. Hemos actuado varias veces sobre esta base y hemos tenido éxito previniendo ataques, pero esta vez, trágicamente, nos equivocamos», señaló.