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La Fiscalía de Ecuador achaca la matanza de la cárcel de Guayaquil a una pugna entre bandas

La Fiscalía de Ecuador ha declarado que los enfrentamientos en la cárcel de Guayaquil, que se han saldado con 120 muertos, están motivados por una lucha entre bandas, un dato que otras fuentes relacionan con los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco.

Miembros del GEMA (Grupo Especial Móvil Antinarcóticos) vigila a los presos tirados en el suelo. (Fernando MÉNDEZ/AFP)
Miembros del GEMA (Grupo Especial Móvil Antinarcóticos) vigila a los presos tirados en el suelo. (Fernando MÉNDEZ/AFP)

La institución judicial ecuatoreña indica que las investigaciones preliminares colocan entre las causas «las luchas entre bandas para ostentar el poder» en el interior de la cárcel y la  intención que había de trasladar a líderes de las mismas a otras prisiones

La Policía ecuatoriana elevó a 120 el total de víctimas mortales, algunas de ellas fueron decapitadas y sus cadáveres incinerados, y otras 79 resultaron heridas. Los agentes han retomado este viernes parcialmente el control de la Penitenciaría del Litoral tras realizar «varias redadas».

Los agentes realizaron dos incursiones este jueves, operaciones en las que participaron 900 policías con el apoyo del Ejército.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó el miércoles el estado de excepción en el conjunto del sistema carcelario en base a la «grave conmoción interna», medida que regirá durante 60 días.

Proceso de identificación

El problema llega al punto de que el coronel Henry Coral, encargado de Criminalística, reconoció que están solicitando información a los familiares para identificar los cuerpos, pues carecen de una base de datos de los presos en los pabellones en los que ocurrió la carnicería.

«Les pedimos estatura, contextura, color de cabello y ojos, si es que tiene o no algo que lo individualice como cicatrices o intervenciones quirúrgicas. O tatuajes que puedan ser exclusivos», explicó.

«Son datos distintivos con los que el personal técnico forense pueda establecer una identificación, una labor –aseguró– que puede llevar varios días.

Para participar en esa misión se han desplazado a Guayaquil médicos forenses de otras partes del país, mientras los psicólogos y trabajadores sociales atienden a los familiares.

65 cárceles hacinadas

El derramamiento de sangre en Guayaquil es el quinto incidente importante en la prisión de la ciudad portuaria en poco más de un año.

En total, unos 200 reclusos murieron a causa de la violencia en las cárceles de Ecuador en lo que va del año, convertidas en campo de batalla para miles de presos vinculados a poderosos cárteles mexicanos.

El pasado 23 de febrero murieron 80 presos en los incidentes que tuvieron lugar en las prisiones de Libertad Zonal 8 y Sierra Centro Norte, en la provincia de Cotopaxi, y en Cuenca, en la provincia de Azuay.

Anteriormente, más de 100 presos murieron en enfrentamientos en 2020, muchos de ellos decapitados, y la corrupción les permitió contrabandear con armas y municiones.

El sistema penitenciario de Ecuador cuenta con 65 cárceles diseñadas para unos 30.000 reclusos, aunque albergan 39.000, vigilados por 1.500 guardias, 2.500 menos de los necesarios según los expertos.

Lacra en América

En las últimas tres décadas se han producido muchos motines en las cárceles en Centroamérica y Sudamérica, varios de ellos con más de un centenar de muertos.

En 2005, un incendio arrasó una prisión abarrotada en la ciudad de Higüey, en el este de República Dominicana, después de un motín desatado al amanecer que dejó 135 muertos.

En 1994, 121 presos murieron tras incendiar tres bloques durante un motín en la prisión de Sabaneta, Maracaibo, en el norte de Venezuela.

En Brasil, 111 prisioneros fallecieron en 1992 cuando las fuerzas de seguridad reprimieron un motín en la enorme cárcel de Carandiru, en las afueras de Sao Paulo. La masacre fue retratada más tarde en una aclamada película de 2003, “Carandiru”.

Brasil sangriento

Los disturbios mortales son frecuentes en las cárceles superpobladas de Brasil, que albergan a aproximadamente al doble de reos para los que fueron construidas.

Con más de 702.000 presos, Brasil cuenta con la tercera población carcelaria más grande del mundo después de China y Estados Unidos.

A fines de mayo de 2019, al menos 55 reclusos fueron asesinados en varias cárceles durante dos días de enfrentamientos en el estado noroccidental de Amazonas.

Dos meses después, 57 murieron en una batalla entre bandas rivales en una prisión de Altamira, en el norte del país.

El 11 de abril de 2018, al menos 21 murieron en un intento de fuga de una prisión cercana a la ciudad norteña de Belem.

A principios de 2017, incidentes mortales dejaron alrededor de 100 prisioneros muertos en espacio de un mes; muchos fueron decapitados, algunos destripados.

La deriva de Venezuela

Venezuela también tiene una larga y sangrienta historia de motines mortales, y casi iguala el récord de Brasil de 756 muertes desde 1992.

En mayo de 2020, 47 prisioneros murieron tras desatarse un motín por la escasez de alimentos en una cárcel de la ciudad occidental de Guanare.

En mayo de 2019, al menos 29 presos murieron en enfrentamientos en un presidio de la localidad occidental de Acarigua.

El 28 de marzo de 2018 se produjo uno de los peores incidentes carcelarios de Venezuela, con 68 muertos tras el incendio de una prisión en la ciudad norteña de Valencia.

En agosto de 2017, 37 resultaron muertos, al parecer en un ajuste entre bandas, en una cárcel del estado de Amazonas, en el sur de Venezuela.