Aunque haya quien se plantea eso de si es mejor ser «cola de león o cabeza de ratón», Aitor Elordi es de esos que tiene muy claro que sus sueños pasan por medirse a los mejores, algo que se le ha venido negando sistemáticamente. Ni siquiera sus dos txapelas de Promoción –la del Parejas en 2019 y la del Cuatro y Medio del año pasado– le han abierto las puertas de ningún estelar e incluso ha tenido que ganarse su participación en la jaula de este año superando una previa ante Iker Irribarria.
El acotado de sanfermín de este año iba a ser su bautismo de fuego, pero problemas de manos y una inoportuna amigdalitis que le pasó una fuerte factura aplazaron esa ansiada oportunidad que este otoño le han pillado con la chispa recuperada y el depósito de la confianza bastante más lleno. Tras superar a dos pelotaris como Irribarria y Artola, que regresaban a la competición tras superar importantes lesiones, el de Mallabia se dará de bruces el domingo con el vigente campeón, que además parece llegar en un gran momento de forma, algo que no parece el escenario ideal pero que es por lo que tanto ha trabajado.
«Estoy con la moral por las nubes, jugar contra este tipo de pelotaris tan grandes es un privilegio para mí y debo disfrutar del momento, pero por mucho que juegue ante un campeón como Jokin Altuna, tengo que creer en mí mismo para poder aprovechar esas pocas posibilidades que tengo. A ver si le puedo dar un poco de guerra y llegar a 22».
El delantero vizcaino es consciente de que se enfrenta «a uno de los pelotaris más grandes de la actualidad, que tengo que jugar perfecto para tener alguna posibilidad y es lo que intentaré. A ver si por lo menos, aunque no consiga ganar, disfurto en la cancaha y me quedo satisfecho con mi juego», ha declarado en una elección de maerial sin queja alguna.
Sin confianzas
Por su parte, el vigente campeón, Jokin Altuna, entra en escena «fiísicamente bien, habiendo tenido tiempo para entrenar y sin ningún tipo de excusas». Viendo la confección de los grupos de cuartos también parece que el sorteo le benefició, pero el amezketarra, que no se pone más objetivos que el de entrenar bien cada día, no quiere ningún tipo de confianzas ni en la liguilla ni este domingo ante Elordi, donde ya sabe que saldrá como claro favorito. «Aitor, desde el primer pelotazo saca mucho y luego es muy buen rematador, para mí uno de los mejores que hay en profesionales. Debo tratar de evitar que pueda hacerme grandes tacadas, pero sobre todo quiero centrarme en mí y sacar lo mejor de mí».