Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Elkarrizketa
Julia Ducournau
Cineasta, directora de ‘Titane’

«Simplemente dejo que fluya mi ira contra los estereotipos de género»

Nacida en París en 1983, debutó con ‘Crudo’ (2016), una obra perturbadora adscrita al género de terror desde la que cuestionaba determinadas construcciones sociales ligadas a la identidad de género, un tema al que ha vuelto  con ‘Titane’, ahora en las pantallas tras ganar en Cannes.

Julia Ducournau durante el rodaje de ‘Titane’. (Carole BETHUEL)
Julia Ducournau durante el rodaje de ‘Titane’. (Carole BETHUEL)

La noticia saltaba hace apenas unos meses: Julia Ducournau se convertía en la segunda mujer en hacerse con la Palma de Oro en Cannes, la primera en lograrlo en solitario tras el triunfo exaquo de Jane Campion con ‘El piano’ hace casi treinta años.

Con ser esto relevante, lo verdaderamente importante es el hecho de haberse impuesto con ‘Titane’, una película perturbadora donde la joven cineasta se sirve de las convenciones del cine de género para alumbrar una propuesta con una firme voluntad por discutir y cuestionar el lugar común a la hora de adentrarse en conceptos como identidad, amor o maternidad.

​¿Qué supone para un filme como ‘Titane’ el hecho de haber ganado la Palma de Oro? ¿Un premio como éste cambia la relación que una película puede tener con el espectador?
Supongo que sí, que la Palma de Oro es un galardón que confiere a mi película un nuevo estatus y hace que el espectador que vaya a verla lo haga con un cierto nivel de exigencia. No obstante, es algo contra lo que, como directora, no puedo hacer nada y además tampoco me gusta pensar mucho en ello porque, si lo hago, me genera un cierto vértigo esa expectación que ha suscitado ‘Titane’. Sin embargo, no es algo de ahora, antes de presentarse en Cannes ya era un filme que suscitaba todo tipo de comentarios y eso no jugó en contra de la película, fue más bien al contrario.
 
Pero, ¿no acrecienta esa sensación de vértigo que comentaba toda la atención que ha ido recibiendo el filme?
En parte sí, pero es algo con lo que he tenido que convivir desde que estrené ‘Crudo’, mi ópera prima. Aquella primera película también suscitó multitud de comentarios, generó controversia y puso mi nombre en el candelero. Reconozco que fue una presión difícil de sobrellevar ya que me tuvo durante un año bloqueada, incapaz de escribir una página. Así que cuando me puse manos a la obra con el guion de ‘Titane’ lo hice asumiendo que, había una cierta expectación hacia mi siguiente trabajo y hacia lo que yo misma, como directora, podía dar de sí tras una obra como ‘Crudo’. De todas maneras, el prestigio de mis anteriores trabajos se dio entre una audiencia minoritaria. En este sentido, el vértigo que te puede generar participar en un festival como Cannes tiene que ver con el hecho de que vas a confrontar tu trabajo con un público mucho más amplio y siempre tienes dudas acerca de cómo ese público, que no es el que te ha seguido hasta la fecha, puede recibir tu trabajo. Pero al mismo tiempo se trata de algo positivo en tanto te hace ponerte en contacto con otro tipo de audiencia que igual no tiene ninguna expectativa definida respecto a la película.
 
¿Hasta qué punto esa aparente adscripción de ‘Titane’ a un género como el cine fantástico facilita esa conexión de una película de autor con una audiencia amplia?
Eso es algo que tuve muy presente cuando realicé ‘Crudo’. Si bien no se trataba de una película adscrita de manera rigurosa a un género concreto, servirme de un canon me fue útil para hacer llegar mi propuesta a diferentes tipos de audiencia. Con ‘Titane’, esa apuesta fue aun mayor y busqué el modo de articular una historia que se contase desde los cuerpos de los personajes hasta lograr una narración indefinida que trascendiese los rigores del género que me servía de inspiración. Cuando la película fue seleccionada para Cannes lo viví como una pequeña victoria porque, al fin y al cabo, hacer cine es un acto de comunicación, y aquello me daba la posibilidad de expresarme, de compartir mi propio lenguaje con una audiencia amplia, con independencia de que luego esa audiencia pueda entender o no lo que intento transmitir, pero lo importante es hacerte oír, generar debate con tu película. El hecho de haber ganado el festival me hace intuir que he sido entendida y que una película como ‘Titane’, a pesar de sus peculiaridades, habla un lenguaje universal. No sé hasta qué punto eso puede tener algo que ver, o no, con el hecho de ser una película de género. En todo caso celebro que los festivales más prestigiosos sean cada vez más receptivos al cine de género porque lo cierto es que, a través del género, puedes hablar de los miedos, de los deseos que anidan en cada uno de nosotros. Cada vez hay más directores que lo hacen.

«Hacer cine es un acto de comunicación, lo importante es hacerte oír, generar debate con tu película»
 

Dicho lo cual, tampoco es fácil definir una película como esta atendiendo a su adscripción a un género concreto, ¿no? Se ha hablado mucho de la influencia de Cronenberg en esa ambición por pergeñar una propuesta cercana al cyberpunk. ¿Es un cineasta que la ha inspirado?
Sí, pero no solo él. Hay un puñado de cineastas, fotógrafos, pintores y artistas en general que han tenido una fuerte influencia sobre mí y sobre mi obra. Si hablamos de cine, además de Cronenberg, no puedo dejar de citar a otros directores como Fellini o Pasolini por los que siento verdadera admiración. Y no es tanto una influencia a la hora de concretar un lenguaje o un estilo cinematográfico: lo que realmente admiro de ellos son esas ansias de libertad que subyacen en todas sus obras. Viendo sus trabajos siento que es posible articular una narración más allá de toda convención, anteponiendo la libertad creativa sobre cualquier otra consideración. Cuando en mis películas busco el modo de romper códigos de representación, todos esos artistas son una fuente de inspiración para mí.
 
Esa voluntad por romper códigos de representación no solo se manifiesta en el aspecto formal del filme sino que la propia historia que cuenta propone una aproximación no normativa al concepto de género, tanto femenino como masculino. ¿Fue esa necesidad de trascender el cliché la que le movió a rodar ‘Titane’?
Esa voluntad por cuestionar los estereotipos de género es algo totalmente intencionado y está presente no solo en el guion de la película sino en la puesta en escena, en el modo en que filmo los cuerpos, en la manera de poner la cámara ante ellos, de iluminarlos. Pero se trata de una voluntad que, en mi caso, se manifiesta y desarrolla de una manera natural. No es que antes de rodar la película esté pensando, con sonrisa maliciosa: ‘Voy a buscar el modo de romper con el cliché’. Simplemente dejo que fluya mi ira, mi indignación con el modo en que el género tiende a representarse como una construcción social. Yo me rebelo contra esa construcción y, en este sentido, una película como ‘Titane’ lo que refleja es mi propia forma de ver el mundo y mi deseo de romper con la norma.
 
Otro de los asuntos que aborda en la película es el tema de la maternidad como construcción social, una idea que, en los últimos años, ha inspirado multitud de artículos, novelas, películas… ¿Es algo casual o realmente cree que existe también un deseo común de cuestionar dicha idea?
Puede que sea un poco casual que, de repente, haya tantas obras centradas en este asunto pero también es cierto que el arte siempre encuentra su inspiración en la sociedad y que si ahora mismo hay tantas creadoras que cuestionan dicho concepto es porque tanto la maternidad como el embarazo forman parte de los miedos más íntimos de toda mujer. En este sentido, igual se trata de una tendencia que tiene que ver con el hecho de que cada vez haya más mujeres cineastas o más mujeres novelistas. En cuanto a las mujeres se nos ha dado la posibilidad de expresarnos, esa necesidad de cuestionar el deseo de ser madre es algo que, inevitablemente aflora, porque se trata de algo que es compartido por muchas mujeres. En mi caso, tal y como abordo el tema en ‘Titane’, yo creo que lo que hay ahí es un miedo que se manifiesta de manera inconsciente. Realmente tengo miedo de que las mujeres perdamos esa capacidad de elegir lo que queremos hacer con nuestro propio cuerpo y no es un miedo infundado, a la vista de lo que está aconteciendo en ciertos países de nuestro entorno, donde ciertos derechos, que una creía plenamente asentados, se están conculcando.

«Realmente tengo miedo de que las mujeres perdamos esa capacidad elegir lo que queremos hacer con nuestro propio cuerpo»
 

A pesar de ese espíritu transgresor que atesora una obra como ‘Titane’ usted incide en la idea de definirla, de manera bastante simple, como una película de amor. ¿Por qué?
Pues porque yo creo que el amor está en el centro de esta historia; de hecho, escribí el guion queriendo hacer una película que hablase de amor. Ahora bien, me espantaba la idea de rodar una película donde ese sentimiento se verbalizase, el reto fue rodar una historia de amor donde la palabra no fuese relevante: lo relevante aquí es el encuentro entre dos personas que se necesitan la una a la otra y esa necesidad y que, como tal, terminan por profesarse un amor incondicional que rompe con todas las convenciones. Me atraía la idea de cómo una verdad tan irrefutable como esa puede alumbrarse a partir de una mentira, de un engaño, asumido por ambas partes. Pero lo cierto es que ese amor emerge en un proceso que conduce a cada uno de estos personajes a aceptar al otro previa aceptación de sí mismos. Únicamente asumiendo lo que somos, incluso nuestro lado más vulnerable, estamos en disposición de recibir amor y de darlo.