El Consejo de Ministros del Estado francés ha dado luz verde este miércoles el proyecto que contempla la extensión del periodo de urgencia sanitaria, y por tanto del uso del pase covid más allá de noviembre, cuando caduca el periodo autorizado por el Parlamento galo.
En vísperas de que otro país, Italia, aplique una medida similar, destinada a forzar a la vacunación a sectores profesionales o personas particulares reacias a recibir el pinchazo, el Ejecutivo galo ha avalado el proyecto para extender la urgencia sanitaria hasta el 31 de julio de 2022.
La cómoda mayoría de que dispone en la Asamblea Nacional el movimiento de Emmanuel Macron no debería plantear problemas para sacar adelante la iniciativa, aunque cada vez son más las voces que cuestionan ese pase, obligatorio desde el pasado verano para entrar en cines, teatros, bares y restaurantes o transporte colectivo de larga distancia.
La mayoría de derecha en el Senado podría plantear un escollo mayor ya que, de una parte las buenas cifras de la pandemia, y de otra, la cercanía de la campaña a las elecciones presidenciales y legislativas que tendrán lugar en la primavera de 2022 pueden animar el debate sobre la utilidad de un dispositivo de emergencia que incluye restricciones severas.
Esas medidas son cada vez más impopulares, como lo demuestra la aparición de dinámicas críticasm caso de EzPass! Nora goaz?, colectivo de nueva creación que ha echado a andar con el apoyo de medio centenar de adherentes en Ipar Euskal Herria.
26,5% por vacunar
Por su parte, el Gobierno, que según su portavoz, Gabriel Attal, «no va a hurtar el debate parlamentario» justifica la extensión de la medida en el objetivo de que ese 26,5% de ciudadanos mayores de 12 años que no se han inoculado acudan a la cita con la vacuna.
El pase sanitario, además de condicionar gestos de la vida cotidiana, significa en el caso de los trabajadores de ciertos servicios cara al público atesorar que están vacunados.
1,8 millones de trabajadores de sectores como el sociosanitario o de protección civil se han debido inyectarse las dos dosis de la vacuna para poder seguir trabajando. Los sindicatos no ocultan su preocupación por la salida de trabajadores de sectores sensibles, como el de hospitales y residencias, de por sí castigados por recortes previos a la pandemia.
«No se trata de extender el uso del pase sanitario que, por otra parte no puede ser eterno, hasta el 31 de julio –ha explicado el portavoz Attal– sino de que el Gobierno pueda disponer su uso de ser necesario».
El Ejecutivo recuerda que a partir de febrero el legislativo será disuelto por el periodo electoral, por lo que la prórroga del estado de urgencia sanitaria serviría para evitar que, incluso en ese periodo políticamente sensible, el Gobierno pueda emplear ese instrumento excepcional, caso de producirse un empeoramiento de la situación sanitaria.
Test de pago a partir del viernes
Aunque las personas reacias a la vacunación podían hasta la fecha acogerse como último recurso a la presentación de un test negativo realizado en las 48 horas anteriores esa vía se complicará a partir de este próximo viernes, 15 de octubre, cuando las autoridades sanitarias francesas pongan fin a la gratuidad de los test.
Solo las personas sintomáticas y las que puedan aportar una receta médica podrán hacerse bien el PCR bien la prueba de antígenos sin abonar cantidad alguna.