Varios cientos de personas se han manifestado esta mañana en Bilbo bajo el lema ‘Para acabar con la pobreza, voluntad política. Murrizketarik ez’, con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra hoy.
Los colectivos convocantes de la movilización, que ha salido a las 11.00 desde la plaza Federico Moyua, eran colectivos sociales, sindicatos como CCOO, UGT o Steilas y redes del tercer sector social, como la Red europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social en Euskadi (EAPN).
El objetivo principal de la movilización, además de denunciar la situación de pobreza tanto relativa como de mantenimiento que alrededor de 800.000 personas sufren en Euskal Herria, era reivindicar «un sistema de garantía de ingresos que sea accesible y permita a las personas salir de la pobreza», según ha declarado Alfonso López en representación de EAPN Euskadi.
Además, sobre la constante subida del precio de la luz, López ha declarado que «es uno de los elementos que está complicando la vida a mucha gente» y que «es un error hablar de pobreza energética, parcializando la pobreza».
Otros de los mensajes de los carteles de algunos de los manifestantes han mostrado eran ‘Por un mundo sin pobreza ni excluidos’, ‘Soluciones a la pobreza’, ‘Luchemos contra la pobreza’ o ‘¡Pobreza no!, Reparto de trabajo y riqueza’.
El acceso a la vacuna, en Donostia
En Donostia, por su parte, la plataforma Pobreza Cero ha colocado carteles en bancos de calles y plazas y marquesinas de autobuses para denunciar que en los países empobrecidos, la población no tiene acceso a la vacuna contra el coronavirus.
En tiempo récord, la ciencia ha sido capaz de poner sobre la mesa varias vacunas para hacer frente a esta pandemia, pero «con esta acción queremos denunciar que no todos los países tienen las mismas posibilidades para acceder a ellas», explica.
En la CAV, casi un 90% de la población se encuentra completamente inmunizada, según el Boletín de Vacunación de Osakidetza. Sin embargo, según Our World in Data, solo un 1,3% de la población de los países empobrecidos está completamente vacunada. Por ejemplo, en setiembre, todos los países africanos contaban con menos de ese 1% de la población con pauta completa, alerta.
La plataforma añade que la pandemia es un factor que genera pobreza y desigualdades, y que está frenando los avances de los últimos años en la erradicación de esos problemas. Por ello, «para poner fin a la pandemia, no podemos vacunar solo a unas personas de algunos países. Una respuesta eficaz requiere del compromiso de los países de altos ingresos para participar en una distribución equitativa y justa de las dosis en todo el mundo. El retraso provoca más muertes, lastra la recuperación económica global y facilita la aparición de nuevas variantes».