A preguntas del diputado de EH Bildu Jon Iñarritu sobre las desapariciones de Pertur y Naparra, Villarejo ha respondido: «Hubo dos o tres que sí se perdieron por esos mundos de Dios. Ahí ya no le puedo contestar». 

El comisario ha señalado que él «lamentablemente» no participó, pero que igual le «hubiera gustado».

El policía corrupto –que ha recordado con orgullo haber jurado «los principios del Movimiento», pues entró al servicio secreto en la etapa franquista– ha afirmado: «Sé que son políticamente incorrectas algunas de mis contestaciones, pero estoy convencido de que, como he dicho muchas veces, 'con la madre y con la patria, con razón o sin ella'. Había que acabar con los terroristas e hicieron muy bien mis compañeros». 

También a preguntas de Gabriel Rufián (ERC) el expolicía ha defendido el uso del terrorismo de Estado y responsabilizó directamente a Felipe González de su creación. «No creo que el tema GAL fuera un error porque Francia usaba a ETA para chantajear a España. Francia acabó con las OAS de la misma manera, en España, Felipe González fue el único que se atrevió».

La degeneración del estado profundo

La declaración de este miércoles del comisario ofreció numerosos titulares chuscos, como los referentes a las hormonas que se suministraban al rey Juan Carlos de Borbón para tratar de reducir los problemas que generaba su promiscuidad a la Casa Real y a la institución monárquica. 

Lo más relevante, sin embargo, es que nuevamente implica al expresidente Mariano Rajoy dentro de la «operación Kitchen», la maniobra de espionaje y chantaje que se creó desde el Gobierno de Rajoy para hacerse con los documentos que estaban en poder de Luis Bárcenas. Recuerda que Rajoy le hacía preguntas concretas sobre Bárcenas a través del móvil y llega a ubicarlo en reuniones cara a cara para tratar el asunto.