«Jo ta ke, irabazi arte!», ha gritado esta mañana Fermín Rodríguez con un vaso de vino en la mano y el micro en la otra. Lo ha hecho frente a la estela de su hermano, hoy declarada como Lugar de Memoria por el Gobierno foral y hace no tanto perseguida por los ayuntamientos de UPN. El memorial ha sido vandalizado en varias ocasiones y hasta un grupo terrorista de derechas lo voló con explosivos en una ocasión.
A Rodríguez le mataron a su hermano en los Sanfermines del 78 y él lleva más de cuatro décadas peleando «jo ta ke» para conseguir justicia. La jueza argentina Ángela Servini le ha dado una victoria que los tribunales siempre le han negado: el procesamiento de Rodolfo Martín Villa, el ministro del Interior responsable de aquellos hechos y del 3 de marzo en Gasteiz.
Desde la Plataforma Sanfermines del 78 se convocó para hoy una concentración diferente. Esta vez se anunciaba que habría pintxo y vino para todos. No iban a denunciar otro atropello, sino a festejar una victoria.
Ha sido Fermín, claro, el que ha dado pie al brindis en esta forma tan jatorra de celebrar una pequeña grieta abierta desde el otro lado del océano en el esquema de impunidad establecido en el Estado español.
En palabras de los presentes, lo que supone el auto de procesamiento es una «bofetada a los tribunales españoles que,una y otra vez, están negando el derecho a las víctimas a la Justicia».
«Esta resolución judicial es fruto del empeño y tozudez de quienes no hemos dejado de reivindicar justicia para este crimen», han proclamado en la concentración.
Asimismo, como esta lucha está siendo tan terriblemente larga, ha habido que hacer hueco para despedidas. Así, se ha recordado al fallecido «Miguel Fernánez, Antonio Salinas, 'Madero', y a tantas otras que han estado en la pomada».
Desde SF 78, afirman que el procesamiento es una «conquista», porque «el auto judicial dice, entre otras cosas, que, en el año 1978, en plena Transición, se daba una continuidad de las estructuras franquistas y de sus políticas represivas».
Y así, con un vino para celebrar y un pintxo para reponer fuerzas, continúa la lucha para traer justicia sobre lo ocurrido en los sanfermines de 1978, cuando la Policía disparó sobre la multitud respondiendo a la siguiente orden directa: «No os importe matar».