El Gobierno del primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, ha sido disuelto por los militares que han protagonizado este lunes una asonada, contra la que llaman a protestar los apoyos del jefe del Ejecutivo detenido y en paradero desconocido.
La oficina del primer ministro ha emitido un comunicado en el que informaba de que Hamdok y su esposa habían sido «secuestrados la madrugada de este lunes en su residencia de Jartum y llevados a un lugar desconocido por una unidad militar».
Horas más tarde, el presidente del Consejo Soberano, máximo órgano de poder del proceso de transición en Sudán, el general Abdelfatah al-Burhan, ha disuelto tanto el Gabinete de ministros como el propio Consejo Soberano y ha anunciado también el estado de emergencia en todo el país.
«Afirmamos que las Fuerzas Armadas continúan por el camino de la transición democrática hasta la entrega del liderazgo del país a un Gobierno civil elegido que alcance las aspiraciones» del pueblo sudanés, ha asegurado Al-Burhan.
«Trabajamos todos a partir de hoy hasta las elecciones generales en julio de 2023», ha remachado el general, que ha añadido que, hasta entonces, «un Gobierno de figuras nacionales independientes (...) con una representación justa de todos los sudaneses» asumirá el poder.
Además de Hamdok, otros ministros y miembros civiles del Consejo Soberano han sido detenidos y llevados a un paradero desconocido, según el Gobierno sudanés.
Estos arrestos coinciden con la visita al país del enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, quien se reunió durante el pasado fin de semana con las principales autoridades civiles y militares de Sudán.
Tras la intentona golpista fallida de setiembre pasado, Hamdok dijo que era necesario «reformar los órganos militares y de seguridad» después de que acusara a «remanentes del régimen» del exdictador Omar al-Bashir, derrocado en 2019, de orquestar la asonada.
Esto provocó el malestar de los líderes militares, que se reparten el poder con el componente civil en el Gobierno de transición por un acuerdo en 2019, y la tensión ha ido creciendo desde el mes pasado con varias manifestaciones a favor y en contra del Ejecutivo.
Al menos tres muertos y decenas de heridos por disparos contra los manifestantes
El llamamiento de los colaboradores de Hamdok a los ciudadanos para que protesten en las calles contra el movimiento militar ha llevado a incidentes en la capital, Jartum, y según el Ministerio de Información, los soldados «dispararon balas contra los manifestantes que rechazaron el golpe militar frente a la Comandancia General del Ejército».
El Comité Central de Médicos, que desde la revolución atiende a los manifestantes y contabiliza las víctimas, ha informado de que al menos tres personas han muerto y más de 80 han resultado heridas por el golpe de Estado .
Además, el CCDS ha denunciado que efectivos militares «impiden al personal del banco central de sangre realizar su trabajo y preparar sangre para los heridos Los métodos de las dictaduras son siempre los mismos y su destino es el mismo e inevitable», han remachado.
El Ministerio de Información ha asegurado que decenas de miles de personas han salido a las calles y han intentado llegar a la sede del Mando General del Ejército, a la vez que los trabajadores de los ministerios y las instituciones de la administración han declarado «huelga y desobediencia civil totao».
Al paro se han sumado explícitamente el Sindicato de Trabajadores de Impuestos del Estado, el personal del Banco Central de Sudán, o los sindicatos sanitarios.
Previamente, también el CCDS había anunciado un paro indefinido con la retirada del personal de todos los hospitales excepto para atender emergencias, incluidos los hospitales militares.
Además, militares han irrumpido en las sedes de la radio y televisión estatales en Sudán y detuvieron a varios empleados, afirma el Ministerio de Información sudanés.
El comunicado de la oficina del primer ministro señalaba que lo ocurrido hoy es «una ruptura del documento constitucional y un golpe completo contra lo que la revolución ha logrado con la sangre en busca de la libertad, la paz y la justicia».
La nota alude de esa forma a la revuelta popular que acabó en 2019 con la dictadura de Omar al-Bashir, derrocado por los militares tras meses de protestas en las calles, y después de la cual los civiles y militares llegaron a un acuerdo para compartir el poder durante la transición.
Llamamientos internacionales
Entre las reacciones, la Unidad Africana ha lamentado el golpe de Estado perpetrado en Sudán y llamó a la liberación de los líderes políticos arrestados.
A través de un breve comunicado publicado en Twitter, el presidente de la Comisión (secretariado) de la UA, Moussa Faki Mahamat, ha pedido la «reanudación inmediata de consultas entre civiles y militares», que alcanzaron un pacto para compartir el poder tras el derrocamiento en abril de 2019 del presidente Omar al-Bashir.
El Representante Especial del Secretario General de la ONU para Sudán, Volker Perthes, ha pedido «restaurar el orden constitucional» en Sudán tras el golpe de Estado protagonizado por los militares en las últimas horas.
Por su parte, la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que agrupa a 57 países, ha expresado su inquietud por los acontecimientos en Sudán y ha instado también a las partes a volver al diálogo para salvar la transición en el país.
EEUU congela la ayuda de 700 millones de dólares
El Pentágono ha mostrado su preocupación por las posibles repercusiones en la región de lo que ha denominado «la toma del poder» por parte de los militares en Sudán, ya que ha evitado utilizar el término golpe de Estado.
La Casa Blanca ha pedido la liberación inmediata del primer ministro sudanés, y del resto de ministros y representantes políticos civiles detenidos en el país.
Más tarde, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ha anunciado que EEUU ha decidido congelar la ayuda de 700 millones de dólares que ya había sido aprobada para Sudán y que tenía como objetivo apoyar la transición democrática del país.