El pasado 4 de octubre la dirección de Tubacex y el comité de empresa firmaron el acuerdo que puso fin a una larga huelga que comenzó en respuesta a la presentación de un expediente de regulación de empleo que afectaba a 150 personas.
La compañía, radicada en Aiaraldea, alegó causas estructurales para defender el ERE, una idea que fue rechazada por el comité. Los trabajadores insistieron en que los malos resultados respondían a una crisis coyuntural, y parece que el tiempo les ha dado la razón.
Y es que este viernes Tubacex ha reconocido que encara «con optimismo los próximos trimestres», con una cartera de pedidos actual de 500 millones de euros.
«El tercer trimestre del año muestra una clara tendencia positiva que se mantendrá en los próximos meses, gracias a la aceleración de los proyectos de inversión en el mercado energético», ha aseverado.
Y ha destacado que «la reactivación de la demanda ha permitido cerrar el tercer trimestre del año con unas ventas de 86,4 millones de euros, un 17,6% por encima de las ventas del segundo trimestre, y un EBITDA de 4,7 millones de euros, significativamente por encima de los 0,2 millones de euros del trimestre anterior».
«Afortunadamente desde mediados de 2021 estamos apreciando un cambio en esta tendencia y una mejora gradual del mercado a nivel global, con cifras de captación en aumento lento pero constante», ha apuntado Jesús Esmorís, consejero delegado de Tubacex, que hace unos meses defendía unos despidos que fueron anulados por los tribunales.