Ciudadanos de distintas localidades de la Zona Media y Erribera de Nafarroa han suscrito la denominada declaración de Cortes, en el extremo sur del herrialde, en la que piden que se termine con el trato discriminatorio que sufre el euskara en estas zonas, lo que significa superar la zonificación lingüística. Para ello, han puesto en marcha la iniciativa Hordago! para reclamar que se retiren todos los obstáculos que impidan que cualquier persona navarra pueda usar el euskara en cualquier parte del herrialde.
La declaración reivindica el euskara como lengua propia de Nafarroa, como algo de toda Nafarroa, y por ello pretende poner a las personas y los derechos en el centro.
En este sentido sus promotores consideran importante que «las personas más damnificadas por la zonificación sean quienes hablen y quienes pongan en la agenda política la necesidad de una solución que pase por respetar los derechos lingüísticos de todos y todas las navarras».
Y al respecto subrayan que esta iniciativa «no se enmarca en ninguna dinámica actual» sino que quiere «dar comienzo a una nueva dinámica que aglutine toda la fuerza posible en favor del euskera tanto en la Ribera como en toda Navarra».
Órdago a grande, txikita, juego y pares
A través de la iniciativa Hordago!, sus impulsores lanzan distintos órdagos. El primero a grande, «porque grandes son los valores que deseamos prevalezcan en nuestra tierra. Una tierra, Navarra, en la que impere la Justicia, es decir, que no haya discriminación de ningún tupo, tampoco por motivos lingüísticos». De este modo, reclaman el fin de la zonificación.
El órdago a txikita se refere a que el euskara es en Nafarroa una «lengua minorizada y minoritaria y minorizada», destacando que «el hecho de ser reducido el número actual de personas que conocen el euskara no es legitimación para conculcar sus derechos».
El órdago a pares subraya que en Nafarroa hay dos idiomas, el euskara y el castellano, por lo que los dos deben tener igual consideración superando las limitaciones que se le imponen actualmente al primero.
El órdago a juego supone querer «ganar el futuro». «Un futuro en el que no hata discriminación, ni segregación ni conculcación de derechos» y en el que quienes quieran vivir en euskara puedan hacerlo en cualquier parte de Nafarroa con los mismos derechos.