El uso del euskara en las relaciones comerciales del siglo XVIII queda en evidencia en dos libros que ha publicado Euskaltzaindia, con ayuda del Gobierno de Nafarroa, y que recogen las cartas que José Ramón Minondo enviaba a la ferrería Olaberria.
En concreto, los libros son ‘Jose Ramon Minondo Goizuetarraren Gutunak. Olaberria (Oiartzun). 1790-1807. Edizioa’ y ‘Jose Ramon Minondo Goizuetarraren Gutunak. Olaberria (Oiartzun). 1790-1807. Hizkuntza Azterketa / Cartas del goizuetarra José Ramón Minondo. Olaberria (Oiartzun). 1790-1807’. Edición (I) y Análisis lingüístico (II).
En la presentación de los dos tomos han comparecido los tres autores del trabajo, Patxi Salaberri, Juan Jose Zubiri e Iker Salaberri, junto a Mikel Arregi, director del Instituto Euskarabidea, y Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia.
Arregi ha destacado el gran valor de estas misivas «porque no se trata de textos religiosos, porque son de otra índole, y eso no es tan habitual en los escritos antiguos».
En ese sentido, ha ensalzado la labor realizada por Euskaltzaindia al señalar que «para darnos cuenta del valor de estas cartas, conviene entender los detalles de las mismas, y para descubrir y analizar estos detalles es necesario un trabajo de investigación exhaustivo, y esa es la aportación que ha hecho una vez más la Academia con este doble trabajo».
Al igual que Arregi, Andrés Urrutia también ha querido remarcar la importancia de estos textos «que, entre otras cosas, muestran que el euskara se usaba no solo en los ámbitos sociales conocidos hasta el momento, sino también en otros. Además, se usaba de forma natural y habitual, en este caso a través de circulares».
Escritas en plena prohibición
Urrutia ha recordado que las cartas además se redactaron en un momento delicado para el euskara, ya que «mientras José Ramón Minondo escribía estos textos (finales del siglo XVIII y principios del XIX), la Novísima recopilación de textos legales de España prohibía a los comerciantes editar libros que no estuvieran escritos en castellano».
El primer volumen arranca con un prólogo del académico de número Paskual Rekalde. Después se da cuenta de los Minondo de Goizueta y se muestra el árbol genealógico de la familia. También se detalla el objetivo de las misivas, que no era otro que el de «enumerar las cuentas de la ferrería Olaberria de Oiartzun», según ha desvelado Patxi Salaberri, académico de número y uno de los autores del trabajo de investigación.
«José Ramón Minondo, responsable de la ferrería Olaberria de Oiartzun, le detallaba por escrito y mediante misivas las cuentas a Juan Bautista Minondo, que, a su vez, era dueño de la ferrería Goitzarin de Artikutza (Goizueta)», ha explicado Salaberri.
Además, se ofrece una lista de las cartas, ordenadas según la fecha en la que fueron redactadas, y a continuación, se aporta una transcripción de las mismas. «En total son 318 cartas, algunas cortas, otras largas y otras no tan largas, y en algunas, el euskara prevalece, mientras que en otras lo usan de forma residual», ha aclarado el investigador y académico de Euskaltzaindia.
Análisis lingüístico
En el segundo volumen se analizan de forma amplia temas lingüísticos, como la morfología nominal, la verbal y la sintaxis. A continuación se estudia el orden de palabras y se recoge temas de onomástica.
Finalmente, el volumen incluye un diccionario que engloba las palabras que aparecen en los textos, además de referencias y abreviaturas.
«En el plano lingüístico, hay muchas cosas interesantes en estas cartas, en lo que concierne al orden de palabras, al relativo... En general, hemos comparado el euskara de las cartas con el actual de Goizueta, y en cuanto a la onomástica, Oiartzun es la localidad predominante, pero sin olvidar la importancia de Goizueta y los pueblos de alrededor», ha abundado Salaberri.
Pero las cartas también muestran cómo eran las relaciones sociales de la época, tal y como ha señalado el académico navarro. En este sentido, ha indicado que «es interesante destacar que las ferrerías estaban en las inmediaciones de Goizueta y Oiartzun, pero tenían relaciones con ferrerías de Donibane Lohizune, en Lapurdi, y también se relacionaban con los habitantes de Ainhoa (Lapurdi) y con los de Larraine (Zuberoa). Y hay que tener en cuenta que eran tiempos difíciles, de guerra con los franceses. Se ve que hay problemas en la frontera, pero aun así y todo, las relaciones comerciales eran muy frecuentes. El transporte se realizaba por mar y a través del Urumea».
Los tres investigadores han anunciado que el trabajo no concluye aquí y han prometido varios libros más, que verán la luz durante los próximos tres o cuatro años. «Aún quedan muchas cartas que se recibieron en Goitzarina y que no han visto la luz», han asegurado los autores.