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El marido de Maguette sigue intentando convencer al jurado de que no tuvo «voluntad» de matarla

Bara N., el hombre acusado de matar a su pareja, Maguette Mbeugou, señaló durante la reconstrucción del crimen que no tuvo «voluntad» de matar a su mujer. Ha intentado convencer al jurado de que los cortes que ella sufría en algunas partes del cuerpo se debían al forcejeo que habrían mantenido.

El marido de Maguette, presunto autor del crimen, sentado a la derecha. (Jesús TEJADA/POOL/EFE)
El marido de Maguette, presunto autor del crimen, sentado a la derecha. (Jesús TEJADA/POOL/EFE)

Bara N., el hombre de 39 años acusado de matar a su pareja, Maguette Mbeugou, y abandonar a sus dos hijas en su domicilio de Bilbo en setiembre de 2018, señaló durante la reconstrucción del crimen que no tuvo «voluntad» de matar a su mujer y atribuyó los cortes que ella sufría en algunas partes del cuerpo al forcejeo que habrían mantenido.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este viernes una nueva sesión del juicio oral por el crimen de Maguette Mbeugou, senegalesa de 25 años a la que su marido mató en su domicilio de la calle Ollerías Bajas de la capital vizcaina.

La víctima sufrió «no menos» de 83 heridas en la zona superior del cuerpo y presentaba un gran corte en el cuello.

El juicio se inició el pasado viernes con la elección del jurado y se reanudará el próximo lunes, día 22, cuando está previsto que se presenten los informes orales y las conclusiones finales.

En la jornada de este viernes, el jurado ha podido ver y escuchar el vídeo de reconstrucción de los hechos en el que el autor confeso del crimen relató lo sucedido durante la madrugada del 24 de setiembre de 2018. Bara N. reiteró el testimonio que ya dio ante los juzgados el pasado lunes.

Según su relato, fue Maguette Mbeugou quien entró en la sala donde él dormía con las dos hijas, de 2 y 4 años de edad, armada con un cuchillo.

Tras describir cómo la agarró y trató de arrebatarle el arma, el acusado de matar a Maguette y de abandonar a sus hijas afirmó que le preguntó a su mujer «qué estaba haciendo» y mandó a las dos menores a otra habitación.

Según su versión de los hechos, el degollamiento se habría producido así cuando ambos forcejeaban por recuperar el cuchillo, de tal forma que «no tenía voluntad» de cortarle el cuello.

Además, y en lo que respecta a otras heridas que presentaba su mujer, el procesado las atribuyó a la disputa que ambos habrían mantenido. En el vídeo de reconstrucción del suceso, el marido de Maguette manifestó además que tras el corte en el cuello vio que ella «sangraba demasiado» y que después no habló.

De este modo, y tras ver que estaba muerta, la tapó con una manta y no volvió a entrar en la sala donde estaba el cadáver. El resto de esa jornada, según añadió, no salió de la vivienda y permaneció junto a las dos menores. Asimismo, rechazó que tratase de limpiar con lejía el inmueble.

Huida a Mutriku y el arma homicida

Respecto al motivo por el que acabó huyendo 24 horas después a Mutriku –donde fue finalmente detenido por la Ertzaintza–, abandonando a sus dos hijas en el inmueble, el acusado sostuvo que su intención inicial pasaba por acudir a la comisaría, pero tuvo «miedo».

Asimismo, en la jornada de este viernes han comparecido también los expertos en genética forense de la Ertzaintza que han detallado los perfiles genéticos encontrados en los cinco cuchillos que el acusado arrojó en una bolsa a un contenedor y que, posteriormente, la Policía hallaría.

Según su relato, solo uno de ellos se habría utilizado en la agresión, mientras que el resto se encontraban en la cocina.

La Fiscalía solicita para el procesado 25 años de cárcel, los mismos que la acusación particular, que también reclama otros tres años de prisión por maltrato y ocho más por abandonar a sus hijas con el cadáver de su madre.

Asimismo, la acusación popular, en representación del Ayuntamiento de Bilbo, suma a su petición ocho años de prisión por las lesiones psicológicas que padecen las menores. Por su parte, la defensa reconoce un delito de homicidio con atenuante de legítima defensa, penado con 8 años de cárcel.