Este sábado arranca la implantación en Nafarroa del pasaporte covid, una medida destinada a controlar la expansión de la pandemia y que está generando incertidumbre entre los sectores afectados. En concreto, hasta el 7 de enero, se exigirá presentar el citado documento a la hora de acceder a restaurantes de más de 60 comensales, establecimientos con licencia de discoteca o salas de fiesta, y eventos de carácter cultural en espacios interiores con más de 1.000 personas.

Para empezar, ni siquiera está claro cuántos establecimientos de hostelería deberían exigir el citado pasaporte, ya que lo publicado en el BON «habla de un aforo de 60 comensales literalmente, pero no dice si se refiere al aforo oficial o al real. No sabemos si basarnos en las silla, en las plazas que tiene un establecimiento o en su aforo oficial. Porque si es el real, a muchos locales igual les merece la pena retirar unas mesas antes que pedir el pasaporte a todos sus clientes», explica Juan Carlos Oroz, portavoz de la asociación hostelera ANAPEH.

A esta circunstancia se suma una segunda duda, que consiste en «qué ocurre con un local que tiene varios comedores, por ejemplo, dos, tres o cuatro. En estos casos, ¿se suman todos o cada salón se trata de manera independiente?», se pregunta Oroz, quien añade que «esperábamos del BON algo más de concreción, de detalle, y no se ha producido, y de inmediato surgieron este tipo de dudas entre los hosteleros. Ahora casi nos tenemos que imaginar las intenciones de la norma».

El portavoz de ANAPEH lamenta que en la reunión mantenida con el Ejecutivo antes de la redacción de la norma sobre la implantación del pasaporte covid «le transmitimos estas dudas que ya iban surgiendo, pero no ha habido más concreción. Me imagino que según vayamos recibiendo visitas, si se controla, nos irán indicando cómo se interpreta la norma».

El pasado miércoles, el vicepresidente del Gobierno de Nafarroa Javier Remírez señaló que los cuerpos policiales harían un seguimiento de la implantación del pasaporte mediante «comprobaciones aleatorias para confirmar que se está cumpliendo la norma».

Esas inspecciones podrían servir para resolver las dudas existentes entre los hosteleros, aunque «hace falta que exista un criterio único entre los cuerpos policiales que intervienen en Nafarroa, porque con otras normas sobre el covid, no se ha dado», recuerda Oroz.

Sin medios de comprobación

A la incertidumbre sobre los establecimientos hosteleros que tendrían la obligación de pedir el pasaporte covid, se suma cómo aplicar esa medida in situ. «Cuando un cliente llega, me enseña un papel o un pdf en el móvil y tengo que creerle que es su pasaporte covid, ya que no tenemos medios para comprobar que sea así, porque no tenemos autorización para pedirle el DNI para confirmar que coincide con el nombre que figura en el documento», desvela el portavoz de ANAPEH.

Esta cuestión también fue puesta encima de la mesa en el encuentro con el Gobierno de Nafarroa, «pero no ha hecho nada. Que yo sepa, nadie tiene una app con la que comprobar los pasaportes. Nosotros ya pondríamos los móviles para escanear el código e incluso personas para que se encarguen del tema, pero es que ni siquiera tenemos una app que, leyendo ese QR, nos diga algo. Nos hubiera gustado un poco más de ayuda a la hora de su implantación», se queja Oroz.

A estas dificultades se suma la reacción de los clientes, con la posibilidad de que «se produzca algún goteo de reservas que se anulan o de grupos que se reducen». Además, está la cuestión del desconocimiento, especialmente de clientes de fuera de Nafarroa y la imagen que se está proyectando del herrialde a pocas fechas del puente de diciembre. «Hay cierto alarmismo infundado sobre la situación que tenemos aquí, porque muchos casos corresponden a menores, que no están vacunados. El problema es que fuera de Navarra llega ese mensaje de que hay muchos casos y eso no ayuda nada para que la gente venga a visitarnos. De hecho, ya se está produciendo un goteo de anulaciones en el turismo rural».

Oroz asegura que «daremos todo por bueno si con esto se consigue que más gente vaya a vacunarse».

Desconcertados

Cómo acoja la clientela la exigencia del pasaporte covid es motivo de inquietud destacado, como reconoce Nerea Auzmendi, responsable de una sidrería de Iruñea, quien señala que «ya los últimos días se notaba el miedo, con cancelaciones de reserva», aunque intenta buscar el lado positivo de la medida al destacar que «con ese control, el comedor donde están los clientes es un lugar seguro, ya que la gente que se encuentra en él está vacunada».

Auzmendi destaca que, en general, la clientela colabora con las medidas de seguridad relacionadas con el covid, «aunque al tratarse de un momento de ocio, hay cierta relajación y tenemos que estar recordando a la gente que, por ejemplo, si va al baño, se ponga la mascarilla. Hay una mezcla de todo, mucho cansancio con el covid y ganas de divertirse, junto a la necesaria prudencia».

A esas medidas que se han mantenido se añade desde este sábado el pasaporte covid, cuya aplicación «va a ser un poco follón, porque lo aprueban ayer y quieren que lo implantemos el sábado. Estamos un poco desconcertados», reconoce la responsable de la sidrería iruindarra.

A las dudas ya apuntadas por Oroz, suma el caso de «la gente que sale fuera a fumar. ¿Les ponemos un sello como en las discotecas?», se pregunta, entre otras muchas cuestiones que «supongo que iremos resolviendo poco a poco».

Y todo ello en un contexto de numerosas jornadas festivas, ya que la exigencia del pasaporte covid se prolongará hasta el 7 de enero, por lo que será preceptivo durante todas las navidades, una fiestas «de por sí de mucha celebración y más este año por lo que tenemos acumulado de no haber celebrado».

Esas fechas, con momentos tan intensos como la Nochevieja, en principio generarán una especial afluencia en locales de ocio nocturno, como es el caso del Zentral de Iruñea. Álvaro, uno de sus responsables, señala que están muy al tanto de todas las medidas que se implantan desde el Departamento de Salud del Gobierno de Nafarroa «para cumplir con ellas».

En ese sentido, señala que para acceder a la sala será necesario disponer del documento acreditativo de que la persona correspondiente se ha vacunado «desde hace un mínimo de 14 días o que cuenta con una prueba PCR con un máximo de 72 horas o un test de antígenos con un máximo de 48 horas, siempre realizados en un centro médico especializado».

En Zentral son conscientes de que «habrá gente no vacunada a la que seguramente no le habrá sentado bien la medida y que este fin de semana lo tendrá más complicado para acceder a determinados lugares». Pero, al mismo tiempo, «a la que está vacunada le das una garantía de que va a estar en un sitio seguro».