La cuestión de los ongi etorris ha generado una polémica creciente que toca a su fin. En un comunicado remitido a NAIZ, Euskal Preso Politikoen Kolektiboa remarca su voluntad de que se produzcan de modo «privado» y «discreto» al llegar a sus localidades o bien en la misma salida de las prisiones, como en realidad ya viene ocurriendo muy mayoritariamente, según recuerda.
El mensaje se hace llegar con nitidez desde el primer párrafo: «Por medio de este comunicado, EPPK traslada a nuestros familiares, amigos y compañeros, y a la sociedad vasca, que desea que los recibimientos que se nos hacen al salir a la calle se produzcan de modo privado y discreto, siguiendo el camino emprendido en general en estos últimos meses».
Añade para ello una primera consideración: «Ciertos agentes y partidos buscan irresponsablemente la confrontación en vez de la convivencia. No queremos alimentar ninguna polémica estéril, de ningún modo: tenemos la voluntad de actuar de modo constructivo y ser responsables».
«No cejaremos en el camino emprendido; las excusas de quienes se sienten cómodos en las actitudes más pesimistas están quedando cada vez más en evidencia ante la ciudadanía vasca, sobre todo en la medida en que su influencia se va apagando», continúa el Colectivo.
Recuerda en su comunicado que se acaban de cumplir diez años desde que la lucha armada concluyó definitivamente. «Pero quienes quieren impedir la paz y eternizar la imposición han buscado bloquear y sabotear cada paso adelante desde entonces, buscando la venganza y con voluntad de imponer un relato falaz que distorsione el conflicto. Alimentando el relato de vencedores y vencidos».
«Dolor sincero»
Tras esta decisión hay una segunda reflexión, referida a las víctimas y expuesta a continuación. «Más allá de ello, hay personas que han expresado honestamente que sienten dolor con los ongi etorris públicos. Son personas damnificadas a consecuencia de las acciones de nuestra militancia del pasado y comprendemos que puedan sentirse dolidas», asume EPPK.
Prosigue así: «Aun aceptando que la persona presa que sale a la calle tras largos años y condiciones durísimas en prisión tiene derecho a recibir el abrazo de sus allegados, [esas víctimas] han expresado que los actos públicos de recibimiento les provocan dolor. Decimos con claridad que nuestro deseo es aliviar todo sufrimiento y abrir nuevas opciones, ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca».
«En consecuencia, tras consultar a nuestros compañeros y compañeras en cárceles españolas y francesas, y dando continuidad a otras decisiones tomadas y otros pasos anteriores, EPPK considera conveniente que nuestra alegría por quedar libres sea compartida con quienes nos esperan en la misma puerta de la cárcel o con quienes nos reciben de modo discreto», continúa el comunicado. Y recalca de nuevo la idea principal: «En lo sucesivo, solo queremos recibimientos en un espacio privado entre allegados».
Aportación a la convivencia
En la parte final del comunicado, EPPK sitúa esta decisión como «una aportación individual y colectiva que los presos y presas políticas vascas hacemos a la convivencia, a la paz y al reconocimiento del sufrimiento de los demás, además del nuestro y el de nuestros familiares».
«Los pasos dados estos últimos años han tenido un horizonte claro en el camino de superar el ciclo anterior. Trasladamos a los militantes independentistas de izquierdas que este es nuestro deseo: vamos junto a ellos, afrontando los retos del futuro, a abrir nuevas oportunidades y caminos en el proceso de liberación de Euskal Herria. Hasta conseguir la paz y la libertad y ponerlas en el mismo nivel», concluye el comunicado.
GARA publicará este martes el comunicado íntegro en su versión original, en euskara.