«El partido de Charles de Gaulle, de Georges Pompidou, de Jacques Chirac, de Nicolas Sarkozy, tendrá una candidata a la elección presidencial. Pienso hoy en todas las mujeres de Francia. Gracias a los militantes por su audacia», ha saludado este sábado Valérie Pécresse tras conocer los resultados de la segunda vuelta de la elección interna que ha llevado a cabo Les Républicains (LR) para designar a su aspirante al Elíseo.
Frente a ella, el diputado Éric Ciotti, presidente del consejo departamental de Alpes Marítimos, se ha hecho con un 39,05% de los votos en la votación definitiva, que se inició ayer, por vía telemática, y ha concluido hoy.
El de Niza dio la sorpresa en la primera vuelta, al imponerse como el candidato más votado en base a un ideario en muchas materias del todo compatible con las propuestas de la extrema derecha. Ciotti dio la campanada, y con la presidenta de la región Ile-de-France pisándole los talones, se confirmó el giro a la derecha de la derecha.
Los electores conservadores dieron la espalda a candidatos más homologables como el eurócrata Michel Barnier o el favorito de las encuestas, Xavier Betrand.
El segundo es el gran perdedor. Tras partir a la carrera presidencial en solitario, acudiado en parte por la vuelta a la casa común iniciada por Valérie Pécresse, se vio obligado a comerse su promesa de que no se sometería a una primaria partidaria. Finalmente volvió a la disciplina de LR, pero voto en mano los militantes optaron por castigar sus idas y venidas.
Arrancará su campaña en Niza
Las malas lenguas insisten que los buenos resultados de Pécresse y de su hasta hoy oponente sureño, Eric Ciotti, ha estado más bien en dotarse de buenos equipos en la sala de máquinas, o, lo que es lo mismo, haber conseguido que más simpatizantes conservadores se inscribieran para votar en una elección interna con la que la derecha tradicional gala gana una mínima dosis de notoriedad, Al menos hasta que este domingo el primer mitin de ëric Zemmour como candidato se lleve de nuevo todos los focos mediáticos.
Habrá que ver si Pécresse, conocida por sus posiciones liberales en materia económica -sin sorpresas, defiende los recortes en la función pública- y sus postulados conservadores en debates de sociedad -es ardua defensora del laicismo a la hora de aprobar políticas para estigmagtizar a la comunidad musulmana pero es fiel seguidora de la doctrina católica al oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo-, es capaz de revertir la posición de colista que le atribuían hasta ahora todas las encuestas.
La posición de Pécresse contraria a Marine Le Pen y a Éric Zemmour -su oponente, Ciotti, abogaba directamente por votar a Zemmour en caso de duelo entre el polemista y Emmanuel Macron de cara a la segunda vuelta- permitirá a Les Républicains (LR) reivindicar su papel de barrera republicana ante la ultraderecha.
Al menos hasta que su candidata arranque, como ha prometido hoy a Ciotti, su campaña en Niza. Y por lo que se ve, mimetizándose con su discurso. «Me comprometo con Ciotti a restaurar el orgullo francés y proteger a los franceses. Siento hoy la rabia de un pueblo que se siente impotente ante la violencia y el aumento del separatismo islamista, que ve amenazado su modo de vida por la inmigración descontrolada, impotente también por el peso de la deuda y la burocracia», ha afirmado la ya candidata de la derecha sin complejos.