Al menos 30 manifestantes han sido detenidos durante las protestas antifascistas convocadas  este domingo en respuesta al primer acto de campaña que celebra el candidato presidencial ultraderechista Eric Zemmour en Villepinte, a las afueras de París.

Algunos miles de activistas antifascistas se han concentrado en las inmediaciones del Parque de Exposiciones de Villepinte, donde se ha celebrado esta tarde el primer acto de campaña de Zemmour.

Una treintena de manifestantes han entrado en una zona restringida, frente a la estación de RER, y han sido arrestados para ser identificados, según fuentes policiales.

Apenas unos minutos después del inicio de la concentración, la Policía ha intervenido para dispersar a los manifestantes llegados en transporte público.

Además, otros cientos de manifestantes se han concentrado en el distrito parisino de Barbès para expresar su rechazo a Zemmour a convocatoria de medio centenar de sindicatos, partidos políticos y asociaciones.

Ya en el acto también ha habido un par de incidentes. El primero, la expulsión –agresiones incluidas, según han denunciado– a un grupo de activistas antirracistas, y el segundo, la salida también de periodistas de un canal de televisión que han sido hostigados.

También ha celebrado un acto político el candidato de izquierda Jean-Luc Mélenchon, quien ha proclamado que «¡Francia no es la extrema derecha!». «Francia es seguridad social, es salud pública, es emancipación, es escuela, es investigación, es compartir», ha argumentado Mélenchon desde La Défense.

Su partido se llamará «Reconquista»

En cuanto al mitin, ha reunido a miles de personas aunque sin llegar a llenar las 15.000 localidades previstas, ni de lejos. Miles de personas entre los que había sarkozistas decepcionados y muchos jóvenes en busca de un antiguo esplendor.

Su partido se llamará ‘Reconquista’, según ha anunciado. Se corresponde con su mensaje: «No seamos modestos. Si gano será el inicio de la reconquista del país más bonito del mundo», ha dicho al comenzar un discurso personalista, cargado de llamados a la patria, críticas a las élites políticas y a los periodistas.

«Amar al país», «Que Francia siga siendo Francia» y la apología de «nuestro modo de vida» han sido lo más aplaudido. En cambio, la inmigración, el feminismo y la simple evocación de Macron se llevaron gran parte de los abucheos.

Zemmour ha jugado con el imaginario nacional: sus votantes son «resistentes»; figuras como Molière, Luis XIV, Charles de Gaulle o Víctor Hugo, sus referentes; y él, «el único» capaz de frenar la inmigración procedente «del otro lado del Mediterráneo» y de defender a las mujeres de «esa» amenaza.

Hasta tres controles han sido necesarios para entrar al pabellón. El objetivo era impedir infiltraciones ya que en los últimos días diversos colectivos anti-Zemmour habían hecho llamamientos para inscribirse y tratar de reventar el mitin desde dentro.

Entre ellos el Comité ciudadano contra la candidatura de Eric Zemmour, según indicó a EFE uno de sus fundadores, Thierry-Paul Valette, antiguo rostro de los «chalecos amarillos». Otra líder de los «chalecos amarillos», Jacline Mouraud, ha aparecido en escena, por el contrario, para anunciar su respaldo a Zemmour.