El Congreso chileno ha aprobado este martes un histórico proyecto de ley que permite casarse a las personas del mismo sexo, una iniciativa que comenzó a revisarse hace más de cuatro años y que era uno de los grandes anhelos del colectivo LGTBI del país.
La propuesta fue revisada en la Cámara Baja, donde se ha aprobado por 82 votos a favor, 20 en contra y 2 abstenciones en una sesión que ha acabado en aplausos. Horas antes había obtenido el visto bueno de la Cámara Alta, donde cosechó el respaldo de 21 senadores, mientras que 8 votaron en contra y 3 se abstuvieron.
Chile se convierte así en el octavo país de América Latina en legalizar el matrimonio igualitario después de Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y varios estados de México.
La nueva norma permite llamar matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo y, además, habilita la adopción y la filiación de hijas e hijos a ambos padres o madres, uno de los puntos clave del debate.
La decisión ha sido celebrada por las organizaciones LGTBI, que llevan semanas urgiendo la tramitación parlamentaria y que han convocado una celebración en la céntrica plaza Italia de Santiago.
«Este es un paso histórico. Por fin terminamos con desigualdades estructurales y dignificamos a las personas de la diversidad sexual y de género», ha indicado a Efe Ramón Gómez, encargado de Derechos Humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
Un proyecto estancado durante más de tres años
El proyecto de matrimonio igualitario se presentó en 2017 gracias al impulso de la entonces presidenta del país, la socialista Michelle Bachelet (2014-2018), pero estuvo estancado durante casi cuatro años.
El pasado julio, por sorpresa, el actual presidente, el conservador Sebastián Piñera, cuyo mandato está a punto de expirar, dijo que había «llegado el tiempo» de aprobar la iniciativa e instó al Parlamento a que lo debatiera con urgencia.
El anuncio cayó como un jarro de agua fría entre los sectores más conservadores de la derecha, que la semana pasada votaron en contra y alargaron durante otros siete días la discusión.
Desde 2015, las personas homosexuales solo podían unirse en Chile bajo la figura legal del acuerdo de unión civil (AUC), que no reconoce derechos de filiación.