El Athletic arrastra un déficit en la faceta ofensiva en los últimos años. Y esa falta de gol empieza a traspasar el apartado futbolístico y afecta de lleno al ámbito mental. No será la primera vez que un equipo desperdicia tantas ocasiones para marcar y el rival se lleva el triunfo gracias a acertar en una de sus dos llegadas. La cuestión es que se ha repetido con asiduidad y la única solución que se atisba es insistir. No queda otra. Olvidarse de las cuentas europeas y centrarse en superar el bache que se prolonga a ocho partidos sin ganar y deja al equipo atascado en mitad de la tabla.

Marcelino es fiel a sus principios y ha recuperado la banda izquierda habitual con el regreso al once de Balenziaga y Muniain. Lekue y Nico Williams han pasado a la derecha tras jugar en Getafe por el otro costado. La afición de San Mamés ha arropado al equipo con cánticos desde el inicio, pero la primera ocasión clara ha sido para el Sevilla.

Un Lekue salvador desviaba a córner un cabezazo de Delaney a centro de Koundé. La incorporación ofensiva del central fue clave para abrir un hueco en la zaga rojiblanca. En el área contraria Koundé no ha estado tan atinado y Raúl García interceptaba un pase suyo que Iñaki Williams no ha acertado a enviar a la portería ante Bono.

Al 9 rojiblanco le ha vuelto a jugar una mala pasada la ansiedad que muestra cada vez que se planta ante un portero y que se está contagiando en todo el equipo. Y eso que compartía la primera titularidad con su hermano Nico en San Mamés, 35 años después de los hermanos Patxi y Julio Salinas.

El pequeño de la familia sí que estaba más entonado y de sus botas ha surgido el balón que Dani García ha rematado al palo desde la frontal. Hubiera supuesto su primer gol con el Athletic para el de Zumarraga y un ejemplo de lo que necesita el equipo para mejorar los números en el apartado ofensivo.

Muniain también intentaba entrar en juego e impulsar a un Athletic más atrevido. El desparpajo de Nico Williams seguía siendo el principal arma atacante y se sacaba un disparo y centros peligrosos.

El gol se resistía y hasta Raúl García fallaba en la ocasión más clara para los rojiblancos tras un grave error de la defensa andaluza.

Y como suele suceder en estos casos, el Sevilla lograba adelantarse en el marcador cuando peor lo estaba pasando. Delaney ha dejado enmudecido a todo el estadio con un gran lanzamiento desde la frontal.

El Athletic ha tratado de levantarse inmediatamente y pudo empatar antes del descanso. Primero era Muniain el que no acertó en el área pequeña y después un tiro de Vencedor golpeaba en el palo. Aunque parezca increíble, así es el fútbol. No valen los merecimientos, se trata de hacer goles.

El Sevilla ha logrado bajar el ritmo rojiblanco en la segunda mitad y Marcelino no ha tardado en meter a Sancet, Zarraga y Petxarroman para revitalizar el ataque. La grada animaba, pero el control era de los visitantes y las prisas han jugado en contra. Dani García ha visto la quinta amarilla que le impedirá estar contra el Betis. Bloqueados por el rival, ni siquiera hubo posibilidad de rescatar un punto en el tramo final. Munian ha rematado alto en la única llegada reseñable.

Cruel para Marcelino, suerte para Lopetegi

Marcelino ha considerado tras la derrota ante el Sevilla que es «triste y cruel» el número de puntos que ha conseguido el Athletic en relación a los «méritos» que ha realizado. El técnico asturiano ha elogiado el trabajo de los jugadores al completar un gran primer tiempo ante todo un rival que ocupa el segundo puesto de la Liga. Sobre la falta de gol del equipo, ha dicho que seguirán insistiendo y que espera que la racha cambie al lograr una victoria.

Por su parte, Julen Lopetegi ha admitido que el Sevilla ha tenido «suerte» en la primera mitad porque el Athletic ha dispuesto de ocasiones claras para marcar y ha comentado que los rojiblancos acabarán haciendo goles al contar con jugadores de calidad.

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