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Assange tuvo un derrame cerebral en octubre en la cárcel británica de Belmarsch

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, tuvo un derrame cerebral en octubre mientras comparecía por vídeo desde la cárcel ante el Tribunal Supremo, ha desvelado su compañera Stella Moris, tras reactivarse su proceso de extradición a EEUU.

Stella Moris, compañera de Assange, alerta sobre su grave estado de salud. (Niklas HALLE'N-AFP)
Stella Moris, compañera de Assange, alerta sobre su grave estado de salud. (Niklas HALLE'N-AFP)

Assange, con una previsible condena de hasta 175 años de prisión a sus espaldas por el simple hecho de informar sobre lo que EEUU considera «secretos de Estado» –en realidad exanciones de sus soldados en irak y Afganistán–, habría sufrido un derrame cerebral el 27 de octubre durante una comparecencia en vídeo en el proceso abierto por el Tribunal Supremo de Gran Bretaña para su extradición.
 
Desde entonces, el periodista de investigación ha sido sometido a una resonancia magnética y recibe medicación para tratarse por las graves lesiones que le ha provocado su estancia en prisión, ha denunciado su compañera, Stella Moris, en el diario 'Daily Mail'.

«Miren a los animales atrapados en jaulas en un zoológico. Les acortan la vida. Eso es lo que le está pasando a Julian. Los interminables casos judiciales son extremadamente estresantes», ha comparado Moris en el periódico británico, en el que denuncia que en la prisión de máxima seguridad «le falta aire fresco y luz solar, una dieta adecuada y los estímulos que necesita».

Aval a la extradición

El Tribunal de Apelaciones avaló el pasado viernes el recurso presentado por Washington para extraditar al fundador de WikiLeaks a EEUU al rechazar motivos de salud y un alto riesgo de suicido en caso de que el proceso de entrega siguiese adelante.

«Dado que no estaba en condiciones médicas para asistir a su propio juicio a través de un enlace de video. ¿Cómo pueden siquiera discutir si está en condiciones de ser expuesto a un juicio 'de espectáculo' en EEUU, un país que se niega a enjuiciar a sus torturadores y criminales de guerra?», ha lamentado el relator de la ONU que examina casos de torturas y castigos crueles o degradantes, Nils Melzer, en un vídeo que ha publicado en redes sociales.

El periodista Kevin Gosztola, jefe de redacción de 'Shadowproof', que ha informado sobre la condena de Chelsea Manning, el caso de John Kiriakou y la extradición de Assange, ha denunciado por su parte que «(durante la vista) no se encontraba bien y además la prisión le obligó a ir a la sala de vídeos, donde varios periodistas, incluido yo, vimos lo mal que estaba».

Daños neurológicos visibles

Según denuncia su compañera, Assange tiene el párpado derecho caído, problemas de memoria y daños neurológicos visibles.

La decisión supone un duro golpe para el activista y programador, si bien su equipo legal recurrirá el fallo. Al conocer la noticia, Moris denunció un «grave error judicial» y calificó la extradición de «abusiva» y «vengativa»: «Debe haber sido horrible escuchar una apelación ante un tribunal en el que no puedes participar, que discute sobre tu salud mental y tu riesgo de suicidio y en la que EEUU argumenta que te lo estás inventando todo», criticó.

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha condenado el fallo y ha aclarado que «apoyará cualquier recurso legal que presente el equipo de Assange». Llavará el caso ante Naciones Unidas, sumándose  así a decenas de grupos que han solicitado a Londres la puesta en libertad del activista.

«Esto viene de atrás, de sucesos de 2010 y 2011 por  los que Chelsie Manning fue condenada por pasar información a WikiLeaks. Esto no ha sido algo que WikiLeaks haya publicado por su cuenta. Se alió con 'The New York Times', con 'Der Spiegel', con 'The Guardian'… y todos esos periódicos fueron galardonados por cubrir crímenes de guerra que militares estadounidenses cometieron en Irak y en Afganistán», ha tenido que recordar el director de Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y abogado de Edward Snowden, Ben Wizner.

Incongruencia judicial

En los mismos términos se ha pronunciado el exministro australiano, Kevin Rudd, «completamente en desacuerdo con la persecución (…) En pocas palabras: si el crimen de Assange fue difundir documentos clasificados de seguridad nacional, lo mismo se aplicaría a los editores de todos los periódicos británicos, estadounidenses y australianos que publicaron el material», ha constatado.

La defensa ya venía advirtiendo de que su salud se había deteriorado gravemente en los últimos años. La jueza Vanessa Baraitser, del tribunal de primera instancia, había considerado probado que Assange se había autolesionado y tenía tendencias suicidas. «La impresión general es la de un hombre deprimido y en ocasiones desesperado que teme por su futuro», indicó en enero al emitir sentencia. Un fallo rechazado ahora por el Tribunal de Apelaciones.