Mariano Rajoy ha sido el último de los 37 comparecientes citados en la comisión parlamentaria puesta en marcha hace nueve meses para tratar de depurar las responsabilidades políticas en la trama parapolicial de espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas, presuntamente urdida en 2013 por el Ministerio del Interior para hacerse con documentos comprometedores para el partido, que entonces también presidía el político gallego, un caso que investiga la Audiencia Nacional.

Arropado por una decena de representantes del PP, el expresidente del Gobierno español no ha defraudado y ha cumplido en el Congreso con la promesa de que iba a responder a las preguntas de todos los diputados. No obstante, no se ha salido del guion más previsible, aliñado con su particular sentido del humor.

No tenía «ninguna gana» de venir a la comisión y «prefería estar tomando un café», pero durante más de dos horas y media Rajoy se ha dedicado a asegurar que ni sabía nada de la ‘operación Kitchen’ ni nadie le habló de ella, tampoco su número dos, la entonces secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal.

Se ha afanado en defender la presunción de inocencia del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y de su número dos Francisco Martínez, procesados judicialmente por estos hechos.

Críticas al juez de instrucción

«El juez de instrucción cumple una determinada función en el proceso (...). La presunción de inocencia es un derecho. Creo que debería ser más prudente en imputar a la gente actividades delictivas (...). La presunción de inocencia se mantiene hasta que la resolución judicial sea firme», ha comentado el expresidente, que ha dicho tener una «magnífica» opinión sobre los dos exdirigentes de Interior.

Muchas de las preguntas han estado relacionadas con el citado extesorero del PP y, sobre todo, con el excomisario José Manuel Villarejo.

«No conozco al señor Villarejo y ni siquiera me consta haberlo visto en sitio alguno. No me reuní con el señor Villarejo nunca. No hablé con él nunca; no me consta que me haya enviado ningún mensaje y jamás en mi vida le he enviado un mensaje», ha asegurado.

Poco después, ha señalado que el número de móvil que le atribuyó el excomisario se publicó y lo podían tener «un mínimo de 500 personas».

«No les doy credibilidad», ha insistido respecto a las declaraciones de Villarejo y Bárcenas porque, como «tienen problemas serios» en los tribunales, «tienen derecho a mentir y dicen lo que quieren». Es más, casi al final de su comparecencia ha reprochado a los diputados su «afán» en usar a Villarejo como «argumento de autoridad».

Ante los recelos de algunos diputados de que Rajoy no fuera informado del espionaje, el expresidente ha llegado a espetar: «Tengo que decir la verdad y, si no van a creerme, ¿a qué me traen aquí?».

«Intercambio de libros» con Rufián

Durante esta comparecencia, Mariano Rajoy y Gabriel Rufián han intercambiado libros, aunque su conversación no ha sido plácida precisamente.

«Tras cuarenta años en la vida pública, merezco un respeto». Con estas palabras se ha dirigido el exlíder del PP al portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, a quien ha acusado de insultarle y ser a la vez «fiscal, policía, juez instructor y tribunal sentenciador», y a quien ha recordado que nunca ha sido imputado, juzgado o sentenciado.

Rufián se ha levantado para entregar al compareciente una copia de la sentencia del ‘caso Gürtel’, en la que, además de las penas de cárcel personales, se condenó al PP como partícipe a título lucrativo de una serie de delitos financieros.

«Este es el preámbulo de la sentencia de la Audiencia Nacional. Como no la tiene, se la voy a dar», ha señalado Rufián, quien ha sido reprendido por la presidenta de la comisión, Isaura Leal, instándole a mantenerse en su asiento.

En respuesta al ‘regalo’ de Rufián, Rajoy ha anunciado que «a la salida» le daría su nuevo libro, titulado ‘Política para adultos’, y más tarde le ha recomendado que «no se dé por aludido porque se vive más feliz».

«No estamos en ‘El Hormiguero’», le ha recriminado en varias ocasiones Rufián, que ha llegado a acusarle directamente de «mentir» y «cachondearse» de la comisión.

También el portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, el último en interrogar a Rajoy, le ha reprochado que haya aprovechado su comparecencia en sede parlamentaria para «hablar de su libro».

Para el próximo periodo de sesiones

Tras esta comparecencia, los grupos del Congreso tendrán que presentar el próximo lunes, 20 de diciembre, sus propuestas de conclusiones relativas a la investigación parlamentaria sobre la ‘operación Kitchen’.

La comisión se reunirá dos días después para aprobar un documento lo más consensuado posible que, en principio, será elevado al Pleno de la Cámara para su ratificación ya en el próximo periodo de sesiones, tras las vacaciones navideñas.

El Pleno del Congreso acordó abrir esa investigación en octubre de 2020 y la comisión no se constituyó hasta el 22 de diciembre de aquel año.

Entre marzo y diciembre han pasado por este órgano casi 40 personas que, según los partidos, podían arrojar luz sobre la supuesta trama orquestada desde el Ministerio de Interior para espiar a Bárcenas en busca de pruebas que pudieran implicar al dirigentes ‘populares’ en casos de corrupción.