El director del Hospital de la Costa Vasca, en Baiona, Michel Glanes, aplazó, el año pasado, su jubilación con motivo de la pandemia de covid-19. «No se abandona un barco en medio de la tormenta», ha expresado gráficamente este miércoles ante los micrófonos de la emisora France Bleu.
Tras 11 años de servicios al frente del centro sanitario de referencia en la lucha contra la pandemia, Glanes dejará su responsabilidad el próximo fin de semana.
No cede, como habría querido, esa responsabilidad dejando el hospital en una situación de calma. La quinta oleada ha golpeado con fuerza en el territorio y, según aclara, «de no haber sido por el alto índice de vacunación, la situación ya se habría desbordado».
Reconoce que los números de ingresos sitúan al centro labortano en una situación de tensión.
A día de hoy, hay 42 personas ingresadas por covid-19 en el Hospital de la Costa Vasca. De ellas, 32 están en servicios ordinarios y 13 en reanimación.
En conversación con el semanario Mediabask, el doctor Glanes ha confirmado que los pacientes son relativamente jóvenes, «de entre 60 y 65 años», aunque en reanimación «el paciente más joven tiene 35 años y el de más edad 75», ha detallado.
Ha confirmado que también hay ingresos en otros centros sanitarios vascos. Así, hay cuatro pacientes ingresados con covid-19 en Donibane Lohizune, dos más en la clínica Aguilera de Biarritz
«Estamos en el nivel más alto desde el inicio de la oleada», reconoce Michel Glanes, al evocar la situación sanitaria, defendiendo la decisión comunicada el pasado 8 de diciembre por el hospital que dirige de poner en marcha el llamado ‘Plan Blanco’.
Se trata de un dispositivo que permite reclutar más personal, reforzar camas y solicitar la implicación de otros centros, tanto públicos como privados, en las funciones sanitarias ligadas a la pandemia. Hay que saber que el Hospital de Baiona, dotado de una 14 camas UCI mantiene a raíz de la pandemia un servicio reforzado de un total de 20 camas.
Si la situación lo demanda, el ‘Plan Blanco’ permite además aplazar intervenciones. Ese escenario es el que, destaca Glanes, ha tratado de evitar la dirección del Hospital de Baiona.
13 pacientes derivados a otros hospitales
Desde antes de que se pusiera en marcha ese dispositivo extraordinario, el centro labortano optó por acogerse a la opción ofrecida por la Agencia Regional de Salud (ARS) de Nueva Aquitania de «territorializar» el servicio frente al covid-19.
Ello se ha traducido en el traslado, desde el 15 de noviembre, de un total de 13 pacientes afectados por el virus a hospitales de Akize (Dax), Pau, Mont-de-Marsan y Burdeos.
A diferencia del inicio de la pandemia, cuando Ipar Euskal Herria no se vio tan afectada, lo que permitió al Hospital de Baiona acoger a pacientes llegados de otras latitudes hexagonales, principalmente de Alsacia y Alta Savoya, en esta quinta ola el centro labortano ha derivado pacientes a servicios de reanimación de otros hospitales.
Dificultades para compensar la penuria de personal
Cuestionado sobre la situación de penuria de personal, Glanes explica que el ‘Plan Blanco’ permite reforzar los equipos aunque señala que «no es tarea fácil, porque el personal está cansado, ya que la crisis está siendo larga, se hace complicado asegurar varias tareas a la vez, y hay absentismo».
A ello hay que añadir las medidas adoptadas con empleados que no han aceptado la vacunación obligatoria, y que «han sido apartados del servicio».
Sobre una plantilla de en torno a 3.500 trabajadores, «hablamos de 10 o 12 personas», cuantifica Glanes, que resta relevancia al hecho de que se haya prescindido de trabajadores cuando, reconoce, se vive una situación de carga de trabajo en el hospital.
Michel Glanes liga esa presión a la alta incidencia de la pandemia -unos 800 casos por 100.000 habitantes en la zona del BAB (Biarritz, Angelu, Baiona) a inicios de esta semana- y al periodo invernal, en el que los centros hospitalarios se ven habitualmente más solicitados en razón de afecciones como la gripe, la bronquiolitis u otras afecciones respiratorias.
Aunque el plan del hospital público se ha traducido en pérdida de miles de camas en el Hexágono -en pleno periodo de pandemia, en 2020, se redujeron 5.700 camas, constatan los sindicatos- el todavía director del Hospital de Baiona asegura que no ha habido tales recortes en el centro que ha dirigido los últimos 11 años.
En la última década la plantilla ha incrementado, según ha asegurado, en más de 120 puestos de personal médico y en más de 500 puestos no sanitarios. «Hablamos de un 20% más de plantilla, de una extensión de servicios y de una territorialización de servicios, en particular con los centros de Donapaleu y Donibane Garazi», ha evocado Glanes.
En su mensaje, con tono de despedida, ha solicitado a la ciudadanía que «opte por la prudencia» en las próximas fechas navideñas. Ha recordado que, dado el ritmo acelerado de contagios que se registra en Ipar Euskal Herria desde hace semanas, y que se traduce en una entrada creciente de pacientes en la UCI –«muy mayoritariamente no vacunados»– es imprescindible limitar los riesgos y respetar los gestos barrera.
Nuevas medidas en Navidad y vacunación infantil
Precisamente, el portavoz de Gobierno francés, Gabriel Attal, ha reconocido tras la reunión habitual del Consejo de Ministros que «en los próximos días» pueden anunciar nuevas medidas, con vistas a la Navidad, ante el aumento de las infecciones con covid-19, que llevan a las autoridades galas a estimar que en el periodo de fiestas puede haber «unos 4.000 pacientes en reanimación» en los hospitales hexagonales.
Tras confirmarse este miércoles el arranque de la vacunación de niñas-os de 5-11 años con patologías graves, Attal se ha mostrado confiado en que el Gobierno recibirá los informes científicos que permitan abordar la vacunación infantil general, según ha apuntado, «a partir del 20 de diciembre».